Desde que el yihadismo se ha establecido en Irak y Siria, ¿la situación de los cristianos ha cambiado?
A principios de siglo se estima que en el país había torno a 1,2 millones de cristianos. Antes de que comenzara la ofensiva del Estado Islámico (EI) en 2010 se calcula que eran unos 400.000, la mitad de ellos ubicados en la provincia de Nínive, cuya capital es Mosul. Ahora lo han perdido todo, casa, trabajo, escuelas, iglesias. Viven hacinados, con fe, pero con un futuro totalmente incierto. Necesitan nuestra ayuda, y necesitan la acción internacional para que puedan recuperar su casa, su tierra. Tenemos mucha fe en que la mediación del Papa Francisco pueda ayudarles, y por supuesto en Dios, que nunca abandona a sus hijos.
¿Cuál es el origen del cristianismo en esta zona del mundo?
De acuerdo con la tradición, el cristianismo llegó a Irak con el apóstol Santo Tomás algunas décadas después de la muerte de Cristo. Es probable que la cristianización del país haya comenzado en el siglo II de nuestra era. El primer obispo data del 150. Los caldeos, que representan la gran mayoría de los cristianos de Irak, forman una comunidad católica de rito oriental. La iglesia caldea, cuya liturgia se hace en una lengua derivada del arameo, la lengua hablada por Jesús, es considerada como una de las más antiguas iglesias cristianas. Surgió de la doctrina nestoriana a la cual renunció en el siglo XVI, aunque conservó sus rituales. Los otros católicos son los siriacos católicos, los armenios católicos y los católicos latinos. Un dato: en 1.800 años no se había dejado de celebrar cada año la misa de Nochebuena en Mosul, tristemente en 2014 se interrumpe. Allí ya no queda ningún cristiano.
¿Cuáles cifras manejan de desplazados y víctimas mortales?
No conozco las cifras oficiales. Pero algunos organismos hablan de 120.000 refugiados. Otros cientos de miles han salido ya del país, y las víctimas se cuentan por decenas de miles.
¿Cómo ha sido la vida de estas personas desde que comenzó la ofensiva del EI?
La guerra ha causado el éxodo continuo de cristianos. En Irak se vive un salvajismo que se un tributo diario entre los más débiles. Los sacerdotes son secuestrados; los cabezas de familia, asesinados; las mujeres obligadas a casarse con musulmanes, y los adolescentes obligados a la conversión. En definitiva, las familias cristianas, después de ser expoliadas, son obligadas a huir del país. Tanto las milicias chiítas, como las sunitas, tienen en común el odio a los cristianos. La llegada de misioneros pentecostalistas, apoyadas por las autoridades militares norteamericanas, tiene como misión la absorción de católicos caldeos y ortodoxos, por un cristianismo menos universal y más manejable. Pero esta acción no deja de preocupar también al episcopado católico porque tiende a romper los lazos de los cristianos con Roma.
¿Se puede decir que se está cometiendo un genocidio?
Mira las cifras, escucha los testimonios, observa el odio que emana del EI, no cabe duda de que se trata de una verdadera limpieza religiosa que no sólo afecta a los cristianos, también a otros grupos islámicos como los yazidís. Sin duda es un verdadero genocidio.
¿Con la dictadura de Sadam Hussein la minoría cristiana era más respetada?
Durante el régimen de Sadam Hussein, los cristianos no eran considerados como una amenaza, pero siempre fue una minoría a la que se mantenía a raya y bajo presión. La guerra, con el derrocamiento de Sadam Hussein y la posterior invasión militar de la coalición internacional, propicio un vació de poder con desordenes públicos y sangrientos enfrentamientos entre las diferentes comunidades. La lucha contra el invasor, está siendo paralela a la eliminación de las minorías incómodas, como son los cristianos.
¿Cómo se puede ayudar desde España?
La ayuda se puede canalizar a través de
Ayuda a la Iglesia Necesitada, fundación de la Santa Sede que dispone de una amplia red de contactos y una experiencia en este ámbito que le permiten llegar a los afectados directamente.
¿Ya saben quiénes en concreto piratearon vuestra web?
Nosotros no, no sé si las autoridades competentes pondrán tanto empeño como para dar con sus nombres y apellidos. Este es un ataque considerado de bajo nivel. Sabemos que el ataque se realizó a nuestra máquina el 3 de enero. La técnica utilizada fue la inyección de código en la base de datos principal de nuestro administrador de contenidos. Tras obtener permisos de administración tuvieron acceso a la mayor parte de ficheros de nuestro dominio. Hicieron algunos estropicios pero en todo momento fueron sigilosos. Lo más curioso es que programaron el ataque a nuestra web para que apareciera visible la mañana del 7 de enero, poco antes de que se produjeran los atentados.
¿Teméis que las amenazas vayan a más? ¿Los misioneros que trabajan sobre el terreno tienen miedo?
El ataque que hemos sufrido no iba acompañado de amenazas personales. Los que lo cometieron sólo querían llamar la atención y generar miedo y respeto hacia el EI. Si hubieran querido hacer daño de verdad podían haber sido más sigilosos e interceptar nuestras comunicaciones. Todo esto y el análisis forense del ataque nos hacen pensar que no son una amenaza importante, aunque a partir de ahora pondremos mucha más atención en cuidar la seguridad de nuestros servidores.
El yihadismo está utilizando las redes sociales e Internet para captar personas, pero ¿están desarrollando una ciberguerra con ataques informáticos parecidos al que habéis sufrido?
Llevan tiempo haciéndolo. Grupos organizados cambian las páginas atacadas con contenido propagandístico. Desde los atentados en París varias decenas de websites en Canadá, Francia y recientemente España han sido hackeados. Este tipo de ataques, aunque tienen mucha relevancia en la prensa, no suponen una amenaza. Los verdaderos ataques a través de Internet los realizan gente adiestrada para ello por el mismo EI, con el fin de robar información sensible que pueda ayudarles a ganar batallas, humillar al enemigo, adelantarse a sus movimientos y encontrar sus puntos débiles. De esta guerra no conoceremos los detalles en los medios porque no se le da publicidad.