Ayer por la mañana, cientos de personas, incluidos niños, se congregaron normalmente en la Plaza Tiananmen para presenciar una ceremonia diaria de izado de la bandera, mientras las radios estatales informaban que también se ignoraron las restricciones sobre el uso de vehículos, informa Reuters. El ministro de Medio Ambiente, Chen Jining, convocó a una reunión […]
Dirigentes Digital
| 09 dic 2015
Ayer por la mañana, cientos de personas, incluidos niños, se congregaron normalmente en la Plaza Tiananmen para presenciar una ceremonia diaria de izado de la bandera, mientras las radios estatales informaban que también se ignoraron las restricciones sobre el uso de vehículos, informa Reuters.
El ministro de Medio Ambiente, Chen Jining, convocó a una reunión especial el lunes por la noche para pedir una mayor supervisión en Pekín y las ciudades cercanas sobre un tema que inquieta a las autoridades de la mayor economía de Asia. Si bien la contaminación siempre ha sido una preocupación para la salud pública en Pekín, el sistema de respuesta del Gobierno ha sido cuestionado en los últimos días, en medio de duras críticas por la aparente lentitud para emitir una "alerta roja". "Esta medida refleja que el Gobierno, al menos, tiene el coraje de afrontar este problema", dijo Ma Jun, director del Instituto de Asuntos Públicos y Ambientales, una organización no gubernamental para el medio ambiente en China, al referirse a la "alerta roja".
La alerta roja, que incluye restricciones al tráfico para ciertos tipos de vehículos, la paralización de todas las obras de construcción y el cierre de todas las escuelas, estará activa desde el martes al jueves. En un comunicado, Bernhard Schwartländer, representante en china de la Organización Mundial de la Salud (OMS), dijo que la alerta roja "significa, en primer lugar, que las autoridades en Pekín están tomando muy en serio la calidad de aire y los problemas relacionados con la salud".
Muchos residentes de la ciudad de 22,5 millones de personas salieron el martes a las calles con mascarillas. "Siento que estoy metido en una guerra química", dijo un habitante de Pekín en las redes sociales.