La próxima semana será clave para el futuro de España. Se celebra la sesión de investidura, a la que se someterá Pedro Sánchez para lograr la confianza del Congreso de los Diputados. Y lo hará sin tener los apoyos suficientes. El PSOE y Ciudadanos han cerrado un acuerdo de legislatura que le garantiza los votos […]
Dirigentes Digital
| 26 feb 2016
La próxima semana será clave para el futuro de España. Se celebra la sesión de investidura, a la que se someterá Pedro Sánchez para lograr la confianza del Congreso de los Diputados. Y lo hará sin tener los apoyos suficientes. El PSOE y Ciudadanos han cerrado un acuerdo de legislatura que le garantiza los votos de la formación de Albert Rivera, para un total de 130. Lejos de una mayoría simple que permita a Sánchez ser nombrado presidente.
El pacto rompió la mesa de negociación entre el PSOE y el resto de fuerzas de izquierda lideradas por Podemos y el PP le ha dado la espalda a la petición de Ciudadanos de sumarse a él y facilitar la investidura con una abstención. Mariano Rajoy ha rechazado reunirse con Rivera hasta que no pase la investidura de Sánchez, en un cruce de cartas. Los partidos políticos han vuelto a la casilla de salida de después del 20D, a pesar de los intentos socialistas de forjar una coalición de izquierda frustrada por el acuerdo con ciudadanos. PSOE y Ciudadanos miran a sus aliados naturales sin respuesta y con la seguridad que las alianzas de PP-Ciudadanos y PSOE-Podemos son insuficientes para gobernar.
Mientras empresarios, las encuestas y pesos pesados del PSOE, como Felipe González piden que de una forma u otra formen una gran coalición los dos grandes partidos. Mariano Rajoy vive agazapado desde que renunció a la investidura. Su plan es esperar a que fracase los socialistas en su intento de formar Gobierno. El dirigente popular ha tenido que soportar un chorreo de críticas por su pasividad, pero su turno está más cerca, viendo los resultados de esta semana. Rajoy desde las elecciones no ha ofrecido, ni se ha movido ni acercado a ningún partido, aunque sus 124 escaños está muy lejos de una mayoría que le permita acceder a Moncloa. Solo se ha limitado a decir que Ciudadanos y PSOE tienen que apoyarle por ser el partido más votado.
Y aquí quizá resida su oportunidad. Sánchez y Rivera han acordado un programa de Gobierno de más de 200 medidas, excluyendo las medidas más radicales de Podemos y admitiendo medidas sociales y económicas para que fueran suscritas a izquierda y derecha. Si la investidura de Sánchez es fallida, Rajoy tendrá su oportunidad comprando en casi su totalidad el pacto, aunque actualmente reniegue de él. En el caso de Rivera se da por seguro que aceptará apoyarle y será difícil de explicar un rechazo de Sánchez después de haberlo defendido en el congreso.
El problema es que en mitad del jaleo político ha explotado las bolsas de corrupción que el PP intentaba ocultar. En las dos últimas semanas, se han producido un reguero de casos que proceden todos de la Gürtel que ha desmontado el partido en Valencia y en Madrid. Como en un serial de telenovela, van saliendo detalles que cada vez rodean más al presidente del Gobierno. No hay nada más que escuchar a Rita Barberá dar las gracias a Rajoy en medio de una rueda de prensa a la desesperada por exculparse, mientras espera ser imputada.