Propósitos de Año Nuevo, ¿cómo cumplirlos?

Al comenzar un Año Nuevo nos encontramos con la misma cantinela. Nos proponemos hacer una serie de cosas, pero al llegar diciembre y analizar los doce meses transcurridos, vemos que no hemos cumplido prácticamente nada de lo que con tanta ilusión habíamos planificado. Si esto ocurre tampoco hemos de agobiarnos, pero si alcanzamos los objetivos que nos marcamos a principios de año es indudable que nos sentiremos más satisfechos con nosotros mismos, lo que viene muy bien, al menos desde un punto de vista psicológico.

Hay muchos propósitos que pueden estar en nuestra lista: ir al gimnasio, ponernos a dieta, apuntarnos a clases de inglés o de otro idioma, dejar de fumar, ser más puntual, leer más… Las metas que nos ponemos son de todo tipo, pero para que realmente las cumplamos debemos ser muy organizados y tener claro lo que realmente queremos.

Propósitos de Año Nuevo, ¿cómo cumplirlos?

1. Estar convencidos

Lo primero de todo es tener la firme convicción de que realmente deseamos hacer eso que nos hemos propuesto. Es decir, nos hemos de preparar mentalmente y tener verdaderamente ganas de dar ese paso, las medias tintas no sirven. Si deseamos por ejemplo dejar de fumar, hemos de estar totalmente convencidos de que vamos a abandonar este hábito, y si vemos que solos no lo vamos a conseguir, no debemos dudar en pedir ayuda acudiendo a expertos que nos dirijan.

2. Ser realistas

Cuando establecemos metas que alcanzar, hemos de ser conscientes de nuestras posibilidades. Esto quiere decir que es importante ser realista con las capacidades personales y hasta dónde creemos que vamos a poder llegar en función del entorno que nos rodea y de nuestra vida. En definitiva, si establecemos objetivos alejados de nuestra realidad probablemente nunca los alcanzaremos y nos frustremos.

3. Tener las ideas claras

Una vez que tengamos claro qué es lo que queremos conseguir este año nuevo, es importante tratar de organizarse. ¿Cómo? Muy sencillo, apuntando todo lo que estamos dispuestos a hacer, qué necesitamos para llegar a ello y los beneficios que van a aportarnos estas decisiones para así estimularnos.

Por ejemplo, algo muy común en enero es tomar la decisión de ir al gimnasio. En este caso, primero tendrás que asesorarte, ver qué instalaciones deportivas hay en tu zona, en qué actividad estás interesado, el equipo, etcétera. Esto puede dar pereza al principio, pero si lo vas posponiendo lo más seguro es que al final fracases.

Propósitos de Año Nuevo, ¿cómo cumplirlos?

4. Estimularse

Embarcarse en nuevas aventuras no es tarea sencilla, ya lo sabemos. Hace falta mucha fuerza de voluntad, tesón e insistencia. Es por ello, que podemos ir estableciendo hitos y cada vez que los alcancemos premiarnos de algún modo, con un capricho o hacer algo que nos guste. De este modo, nos vamos estimulando y evitamos tirar la toalla antes de tiempo.

5. Aceptar los fracasos

Si pasado un tiempo comprobamos que somos incapaces de llevar a cabo alguna de nuestras metas, tampoco hemos de venirnos abajo. Podemos dejar pasar un tiempo e intentarlo más adelante, pues tal vez éste no era nuestro momento. No debemos descarta del todo ese objetivo. Tendremos que analizar por qué hemos fallado. A lo mejor era una meta demasiado complicada. De los fracasos y los errores se aprende, por lo que no debemos considerar el fallo como algo negativo, sino como una lección de la vida para volverlo a intentar.

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