La repetición de elecciones está comenzando a pasar factura a los políticos. En los comicios del pasado mes de diciembre se dio la novedad de la irrupción de nuevas caras que arrastraron mucha expectación mediática por sus nuevas propuestas y perfiles. Pero los expertos advertían que con una nueva convocatoria se corría el riesgo de que la opinión pública cayera en el hastío. Ante el debate de si los ciudadanos están cansado de ir a votar, en los últimos año se han enlazado cinco convocatorias consecutivas, las audiencias televisivas es un buen barómetro para valorar el interés que despierta los candidatos a tres semanas de las elecciones.
El cara a cara entre el candidato de Podemos, Pablo Iglesias, y el de Ciudadanos, Albert Rivera, en el programa de Salvados de La Sexta se ha repetido con cifras inferiores a las del año pasado. El programa lo vieron dos millones de personas menos que hace unos meses, a pesar de ello, fue lo más visto con 3,2 millones. Pero también lo notó en la cuota de pantalla al bajar siete puntos porcentuales hasta el 18,2%.
El programa de Jordi Évole con el debate entre los dos líderes emergentes marcó su récord histórico en audiencia el año pasado con 5,2 millones de espectadores. Pero lo que marca la diferencia con el de ayer domingo es si se compara con la primera entrevista que realizó Évole a Iglesias hace dos años en Quitó (Ecuador) que lo vieron alrededor de cinco millones de espectadores o la entrevista a Rajoy que registró 3,8 millones de televidentes.
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