Doha ha reunido más de la mitad de la producción petrolera mundial, en mitad de una crisis del sector y desaceleración económica global. Días antes Arabia Saudí, que aporta más de un tercio del bombeo total de la OPEP, y Rusia había llegado a un acuerdo para congelar la producción, pero faltaba el consenso dentro […]
Dirigentes Digital
| 17 abr 2016
Doha ha reunido más de la mitad de la producción petrolera mundial, en mitad de una crisis del sector y desaceleración económica global. Días antes Arabia Saudí, que aporta más de un tercio del bombeo total de la OPEP, y Rusia había llegado a un acuerdo para congelar la producción, pero faltaba el consenso dentro del cártel. Según Reuters, que ha tenido acceso al borrador del pacto, se ha llegado al compromiso de mantener la producción en niveles de enero hasta octubre, pero sin que participe de él Irán.
Arabia Saudí buscaba que su rival regional también asumiera el acuerdo e incluso amenazó con aumentar la producción si no lo hacía. Pero Irán se ha mantenido al margen para recuperar su cuota de mercado tras el levantamiento de sanciones internacionales.
Aún no se ha alcanzado un acuerdo final, pero varias fuentes importantes de los ministerios de Energía de los países que participan en el encuentro dijeron que había optimismo de que se logre un pacto para congelar el bombeo a los niveles de enero de 2016.
Los productores de crudo seguirán en un proceso de consultas entre ellos como el mejor mecanismo para fortalecer el mercado petrolero y el pacto estaría abierto para que otros estados se sumen, indica el borrador.
La no inclusión de Irán despierta dudas entre los expertos de que la medida tenga un efecto al alza de los precios, objetivo del pacto. Por un lado el crudo iraní añade más oferta en el mercado, en un momento en el que se estima que sobran 2 millones de barriles diarios. Irán incrementó su producción en unos 500.000 barriles diarios y tiene el objetivo declarado de aumentar su oferta hasta unos 2 millones de barriles diarios extra hasta recuperar su producción previa al embargo sobre sus hidrocarburos.
Por otro lado, que Teherán no comparta el acuerdo añade fragilidad al pacto. Los productores de petróleo suelen superar los límites bombeos sin previo, según los intereses particulares. En cualquier momento, que Arabia Saudí se vea amenazado por Irán podría romper el acuerdo. El príncipe, Mohamed Bin Salman, antes de la reunió ya amenazó con añadir un millón de barriles diarios al mercado si Irán no se sumaba al acuerdo.