Japón sigue sin levantar cabeza

El programa económico de Shinzo Abe se presenta a un referéndum el domingo, con la celebración de elecciones anticipadas y los últimos datos no parecen apoyarle. El último indicador publicado, el gasto de maquinaria, ha sido un revés para Abenomics. La debilidad de la economía nipona sigue patente tras la publicación de este dato que muestra que la fragilidad de la industria sigue sobre el tapete.

El descenso intermensual del dato de inversión en maquinaria ha vivido una caída del 6,4%. Un descenso que se suma a una serie de datos apuntan que la inversión empresarial no acabará de despegar. Este indicador mide la previsión que las empresas tienen para gastar capital en compra de maquinaria, algo que se entiende como una confianza de las mismas en una mejora de la economía dado que las inversiones suelen llegar en momentos de crecimiento económico o por lo menos en los que haya visos de este.

La cifra además de ser débil ha sido incluso peor que la prevista por los analistas. El panel de expertos de la agencia Reuters, por ejemplo, preveía un descenso menor. "Es poco probable que la actividad de las empresas en la producción doméstica se fortalezca hasta que se hayan deshecho de sus inventarios", que se acumularon después de la subida del impuesto sobre las ventas, dijo Kenta Ishizu, economista de Mizuho Securities, en declaraciones a esa misma agencia.

Contexto económico negativo

A pesar de estos datos macroeconómicos  y de la situación económica del país, las encuestas muestran que los votantes apoyan a Abe. Una contradicción aparente que muestra la confianza del país en una serie de reformas estructurales con las que prevén una mejora que puede no llegar a corto plazo, pero que debe ser la piedra que enfoque la recuperación económica de Japón. Sin embargo, los críticos ante el programa de Abe apuntan que este programa es un fracaso y que debe haber un cambio.

El punto de inflexión llegó hace un mes cuando Abe decidió convocar las elecciones anticipadas ante el mal dato de crecimiento publicado. Tras varios indicadores débiles y varios cambios de Gobierno, el primer ministro de Japón decidió someter al escrutinio ciudadano su gestión donde destaca el programa económico que fue el que le llevó a la victoria electoral hace dos años.

El gran problema que arrastra Japón es una deflación galopante que no ha conseguido recuperar en los últimos años. A lo que se une una deuda abultada que se ha convertido en otro gran quebradero de cabeza para el país. Ante este escenario, Abe ha tomado medidas arriesgadas y para algunos controvertidas. Entre ellas destaca la subida de la tasa equivalente al IVA, una decisión que había sido postergada en los últimos años. Tras ella, los indicadores económicos empeoraron y el primer ministro se vio obligado a postergar la siguiente etapa que preveía un nuevo incremento antes de final de año.

 

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