"Hemos cerrado destacados acuerdos de cooperación con gigantes chinos del comercio como Suning o Dhgate.com", nos confesaba estos días Jaime García-Legaz, en Shanghai. Suning, para ponerles en situación, facturó veinte mil millones de dólares solamente durante 2015. Tiene presencia en setecientas ciudades chinas y japonesas. Y distribuye desde electrónica hasta productos para bebés. Dhgate, por […]
Dirigentes Digital
| 13 jul 2016
"Hemos cerrado destacados acuerdos de cooperación con gigantes chinos del comercio como Suning o Dhgate.com", nos confesaba estos días Jaime García-Legaz, en Shanghai. Suning, para ponerles en situación, facturó veinte mil millones de dólares solamente durante 2015. Tiene presencia en setecientas ciudades chinas y japonesas. Y distribuye desde electrónica hasta productos para bebés. Dhgate, por su parte, está entre las plataformas electrónicas más grandes del mundo a nivel mayorista o B2B. "Queremos que las pymes españolas puedan vender sus productos dentro de China", nos comenta Diane Wang, su fundadora, en declaraciones exclusivas a DIRIGENTES. Wang, además, es presidenta del capítulo de empresarios en los foros APEC y G-20.
La pequeña y mediana empresa española, ahora mismo, debe saber que existen muy buenas oportunidades de internacionalización en China. Las exportaciones españolas están en niveles máximos históricos mientras se sigue reduciendo el déficit comercial con China. Y los acuerdos antes mencionados permiten un intercambio eficiente entre las empresas de ambos países con el apoyo siempre disponible del ICEX.
García-Legaz también ha participado del primer partenariado público-privado entre multinacionales chinas y españolas en materia de infraestructuras. Indra, Gamesa, BBVA o Técnicas Reunidas fueron solamente algunas de las compañías españolas participantes en este evento. Por la parte china, encontramos a compañías como Sinosteel Engineering o JA Solar, entre otras. "Buscamos que nuestras empresas puedan acceder a los grandes proyectos auspiciados por el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras o AIIB", nos explicaba también un alto cargo del ICEX. Esto, según las fuentes consultadas por DIRIGENTES, se pretende hacer mediante una fuerte presencia española dentro del AIIB. "Existen proyectos para todo Asia-Pacífico valorados en torno al billón de dólares", nos aclara Javier Serra, consejero económico y comercial en China, "pero nuestras empresas deben estar despiertas si quieren asegurarse una parte importante del pastel".
El "problema", por llamarlo de alguna manera, es que las grandes constructoras españolas están muy enfocadas en América Latina. Buscan, más bien, apoyo financiero de los gigantes multinacionales chinos en terceros mercados como Oriente Medio o Latinoamérica. El cable submarino entre Camerún y Brasil, un proyecto conjunto de Telefónica con China Unicom, ejemplifica esta dinámica a la perfección. Aunque cada vez son más las empresas españolas que no descartan desarrollar un mercado tan desconocido para ellas como es Asia-Pacífico. Llevará tiempo, en cualquier caso, si bien hay dos eventos que pueden actuar como catalizadores durante la próxima legislatura. El presidente chino, Xi Jinping, tiene previsto visitar España antes de los próximos dos años. Y, por la parte española, se espera que sea el mismo rey Felipe VI quien devuelva esta visita de estado. Todo ello puede ser un auténtico espaldarazo para una relación China-España muy lejos todavía del potencial que se presupone. España es aún el tercer destino por la cola de las inversiones chinas en Europa. Y atraemos ocho veces menos turismo que la capital de Francia, París.
Dicho todo esto, debemos subrayar que, entre los principales empresarios chinos, sí existe interés por España. Durante algunos eventos del secretario García-Legaz, en Pekín, DIRIGENTES ha podido saber que Zhisland, un club empresarial chino donde están Wanda o Alibaba, envió representación. Es posible que lo hiciera para explorar un acuerdo como el alcanzado con Italia en 2015. Mateo Renzi, el primer ministro italiano, firmó entonces un convenio con Zhisland para unir a las empresas de ambos países. Durante el presente ejercicio se espera que tres mil empresas italianas cierren negocios con otras tantas compañías chinas. Y esto, según nuestras fuentes, también podría repetirse con España en 2017.