El pasado lunes, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, sorprendía al sancionar a Venezuela al estar "profundamente preocupados por los esfuerzos del gobierno de Venezuela de intensificar la intimidación contra sus opositores".
Además, el decreto sancionador considera que la situación en el país latinoamericano es de "emergencia nacional" por el "riesgo extraoordinario" que representa para Estados Unidos y por su política exterior.
Entre las medidas que adoptó la Casa Blanca estaba la de sancionar a siete funcionarios policiales, militares y judiciales vinculados con la represión a las manifestaciones de 2014 en las que murieron 43 personas.
Como respuesta, Nicolás Maduro ha nombrado a uno de los sancionados, el mayor general Gustavo Enrique González López, como ministro del Interior, Justicia y Paz.
Por otra parte, el presidente de Venezuela aprovechó para declarar que el movimiento de Estados Unidos es un complot internacional: "Obama decidió cumplir personalmente la tarea de derrocar a mi gobierno e intervenir a Venezuela". Por ellos, Maduro va a solicitar al Parlamento del país más poderes "para legislar contra la amenaza imperialista".
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