Las principales operadoras de Estados Unidos y Australia han suspendido las ventas o intercambios del nuevo Note 7, mientras que las autoridades de aviación prohibieron a los pasajeros utilizar estos teléfonos, después de que el humo de un dispositivo sustituido forzase la evacuación de un avión de pasajeros en Estados Unidos la semana pasada. El mayor […]
Dirigentes Digital
| 11 oct 2016
Las principales operadoras de Estados Unidos y Australia han suspendido las ventas o intercambios del nuevo Note 7, mientras que las autoridades de aviación prohibieron a los pasajeros utilizar estos teléfonos, después de que el humo de un dispositivo sustituido forzase la evacuación de un avión de pasajeros en Estados Unidos la semana pasada. El mayor fabricante mundial de teléfonos avanzados ha explicado que había pedido a todos los operadores globales que parasen las ventas del Note 7 y la sustitución de dispositivos, mientras trabaja con los reguladores para investigar el problema. La empresa ofrece cambiar el Note 7 por otros productos o su reembolso. “Los consumidores con un Galaxy Note 7 original o un Galaxy Note 7 de sustitución deberían apagarlo y dejar de usarlo”, dijo la empresa en un comunicado. La decisión de Samsung de retirar el Note 7 de las tiendas por segunda vez en menos de dos meses no sólo genera nuevas dudas sobre el control de calidad de la empresa, sino que podría generar un enorme coste financiero y reputacional. Los analistas dicen que el fin definitivo de las ventas del Note 7 costaría a Samsung hasta 17.000 millones de dólares y mancharía la imagen de otros de sus teléfonos en la mente de consumidores y operadoras. Los inversores restaron 13.800 millones de dólares de la capitalización bursátil de Samsung el martes, al caer sus acciones hasta un 7,3% a un mínimo de dos semanas. El dispositivo lanzado en agosto estaba diseñado para competir con el último iPhone de Apple por la supremacía en el mercado de móviles de gama alta. Bien recibido por la crítica, su primer problema fue una enorme demanda de dispositivos. Pero a pocos días del lanzamiento, las imágenes de dispositivos Note 7 carbonizados comenzaron a aparecer en redes sociales, en el primer síntoma de que algo funcionaba mal. Samsung ha retirado desde entonces 2,5 millones de Note 7 debido a fallos en las baterías. “Esto probablemente haya matado la marca Note 7, quién sabe si podrán relanzarlo”, dijo Edward Snyder, director general de Charter Equity Research. En línea con informaciones de la prensa surcoreana, una fuente dijo a Reuters que Samsung estaba estudiando suspender definitivamente las ventas del Note 7. La empresa no ha confirmado si ya ha identificado el origen del fuego en los dispositivos de sustitución, aunque responsables en Seúl dijeron que estudiaban varias posibilidades, entre ellas las baterías. La autoridad estadounidense de aviación y el ministerio surcoreano de transporte se sumaron a los temores por el dispositivo, diciendo que ningún Note 7 debería usarse o cargarse a bordo de aviones. Verizon, el mayor operador móvil de Estados Unidos, dijo que podría dejar de comercializar el Note 7 de cara a la próxima temporada festiva de ventas.