La Administración Federal de Aviación (FAA) ha dado el visto bueno a la compañía Moon Express para que envíe a la superficie de la Luna un vehículo de un tamaño similar a una lavadora, que se movería sobre el suelo lunar por medio de saltos con el arranque de los motores en lugar de trasladarse […]
Dirigentes Digital
| 04 ago 2016
La Administración Federal de Aviación (FAA) ha dado el visto bueno a la compañía Moon Express para que envíe a la superficie de la Luna un vehículo de un tamaño similar a una lavadora, que se movería sobre el suelo lunar por medio de saltos con el arranque de los motores en lugar de trasladarse sobre ruedas.
Moon Express, empresa que cuenta con sede en Cabo Cañaveral, planea realizar el lanzamiento de su nave hacia finales del próximo año, probablemente desde Nueva Zelanda, en un cohete que aún no ha sido probado.
El vuelo costará 10 millones de dólares, y será el primero de muchas misiones planeadas en las que esperan ganar dinero a través de la extracción de recursos naturales lunares, como platino, y vendiendo polvo y piedras recogidas en el satélite.
La obtención del visto bueno para este viaje "es un hito y no es improbable que tengan éxito", ha destacado John Logsdon, de la Universidad George Washington, experto en política espacial.
La compañía además está compitiendo con otros grupos por el Premio Google Lunar X. El galardón de 20 millones de dólares será para la primera empresa privada que coloque un vehículo explorador en la Luna que pueda moverse una vez haya llegado, por poco que sealo que se desplace.
Bob Richards, director de Moon Express, ha explicado que el primer vuelo tiene cinco clientes, incluida una empresa que está vendiendo la oportunidad de enviar cenizas de personas a la Luna.
Sin embargo, Richards ha matizado que la empresa no ha terminado de construir el explorador y espera presentar un nuevo diseño en septiembre, el cual, dijo, "es aproximadamente del tamaño de R2-D2", el famoso droide de la Guerra de las Galaxias, y será propulsado por peróxido de hidrógeno, un combustible ecológico.
El plan es volar en un cohete construido por Rocket Lab, empresa que aún no ha lanzado ninguna nave, pero en la que han decidido confiar. Si eso no funciona, la aprobación de la the FAA les permitiría contratar simplemente a otra empresa, como SpaceX, según ha asegurado Richards.