Ocurrió por quinta vez en un año, en el polígono industrial de Albolleque, en Chiloeches (Guadalajara): toneladas de residuos con destino a su tratamiento o reciclaje comenzaron a arder de manera inesperada y, como siempre, en verano y en horas nocturnas. En esta ocasión, el fuego afectó a la nave en la que la empresa […]
Dirigentes Digital
| 26 ago 2016
Ocurrió por quinta vez en un año, en el polígono industrial de Albolleque, en Chiloeches (Guadalajara): toneladas de residuos con destino a su tratamiento o reciclaje comenzaron a arder de manera inesperada y, como siempre, en verano y en horas nocturnas.
En esta ocasión, el fuego afectó a la nave en la que la empresa Kuk Medioambiente SL recibía cada día en los últimos años miles de bidones cargados de disolventes y pinturas. Estos bidones, sin el tratamiento adecuado, se convierten en bombas de relojería.
Eran las 4.49 horas de la madrugada del viernes cuando llegaron los trabajadores de las naves colindantes a Kuk Mediaombiente y se encontraron con un espectacular recibimiento: una densa humareda negra, impenetrable, irrespirable, iluminada por el resplandor de cientos de explosiones. Luego se puso de manifiesto la magnitud del desastre: la columna de humo tóxico cruzaba de este a oeste la autovía Madrid-Barcelona y ocultaba el sol en las localidades vecinas.
Con la salida del sol, a los efectivos de tierra que trataban de impedir que el fuego se extendiera a naves cercanas, se sumaron medios aéreos. Una labor muy difícil y peligrosa debido a los componentes de las sustancias almacenadas en la nave: disolventes orgánicos, pinturas y aceites industriales, que, según Ecologistas en Acción, "producen emisiones importantes de benzopireno y, muy probablemente, de dioxinas y furanos; es decir, algunas de las sustancias más tóxicas que se conocen, pues resultan cancerígenas con dosis ínfimas, del orden de la millonésima del gramo".
Por este motivo, la Junta de Castilla La Mancha decretó a primera hora de la mañana el estado de alerta del Plan Territorial de Emergencias y, unas horas más tarde, el nivel 2, a fin de poder requerir el auxilio de medios estatales, como la Unidad Militar de Emergencias del Ministerio de Defensa.
Buena parte de los efectivos de emergencias desplazados al lugar del siniestro, además de colaborar en las labores de extinción, que se prevé que durarán varios días, trabajaron contrarreloj para excavar una balsa en la que depositar los residuos tóxicos procedentes de la nave antes de que se depositaran en un cercano arroyo que vierte sus aguas al río Henares.