Karimov se encontraba hospitalizado desde el pasado sábado y su salud se había deteriorado considerablemente. Según informa Reuters, finalmente fuentes gubernamentales han confirmado su fallecimiento. El presidente uzbeko no dejó nombrado a un sucesor, lo que hace pensar a los analistas que la transición probablemente se decida a puertas cerradas por un grupo reducido de […]
Dirigentes Digital
| 02 sep 2016
Karimov se encontraba hospitalizado desde el pasado sábado y su salud se había deteriorado considerablemente. Según informa Reuters, finalmente fuentes gubernamentales han confirmado su fallecimiento.
El presidente uzbeko no dejó nombrado a un sucesor, lo que hace pensar a los analistas que la transición probablemente se decida a puertas cerradas por un grupo reducido de altos funcionarios y por miembros de la familia de Karimov.
Ante esta situación, una falta de acuerdo podría llevar a una confrontación que podría desestabilizar al país, de 32 millones de habitantes, en una coyuntura en la que son blanco de ataques islamistas.
Entre los posibles sucesores se barajan el primer ministro, Shavkat Mirziyoyev, y el viceprimer ministro, Rustam Azimov. El jefe del servicio de seguridad, Rustam Inoyatov, y Lola Karimova-Tillyaeva, una de las hijas de Karimov, también podrían ganar influencia en el país.
Según la Constitución local, el presidente de la Cámara alta, Nigmatilla Yuldoshev, asumiría la dirección interina de la nación tras la muerte del presidente hasta la realización de elecciones en un plazo de tres meses.
Karimov gobernó Uzbekistán desde 1989, primero como jefe del Partido Comunista local y posteriormente como presidente de la república recién independizada a partir de 1991. Fue muy criticado por Occidente y por grupos de defensa de los derechos humanos por su Gobierno autoritarista.