Matteo Renzi se la juega a una carta con el referéndum de otoño. El dirigente ha lanzado un órdago a su gestión sometiendo a consulta la reforma constitucional. En plena campaña para defender sus reformas ha encontrado un enemigo exterior a su medida. No es otro que el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, que cada cierto […]
Dirigentes Digital
| 20 sep 2016
Matteo Renzi se la juega a una carta con el referéndum de otoño. El dirigente ha lanzado un órdago a su gestión sometiendo a consulta la reforma constitucional. En plena campaña para defender sus reformas ha encontrado un enemigo exterior a su medida. No es otro que el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, que cada cierto tiempo da un toque sobre los problemas estructurales de Italia y de su sector financiero. Ayer, el dirigente alemán se refirió al país para advertir de que tenía que adoptar medidas para reducir la deuda y dejarse de piruetas políticas.
Renzi ha respondido con virulencia a los comentarios con declaraciones a la prensa. "Weidmann debería preocuparse más en solventar los problemas que tienen los bancos alemanes, que tienen cientos y cientos y cientos de miles de millones de euros en derivados", ha afirmado.
De una tacada ha defendido al sector financiero de su país y dando donde duele a Alemania. "Por decenas de millones que hay en créditos deteriorados en Italia, hay ciento de miles de millones en derivados entre los bancos alemanes", ha incidido. Esta semana volvía saltar las alarmas por el gigante Deutsche Bank. Estados Unidos puede sancionar a la entidad con 14.000 millones de dólares en mitad de las dudas sobre su solvencia. De hecho, la entidad está intentando titularizar miles de millones en préstamos corporativos para mostrar un balance más sólido.
El dirigente italiano está endureciendo su discurso ante países como Alemania e instituciones europeas por las medidas de austeridad y políticas de inmigración en la crisis de refugiados. En Nueva York, en una conferencia que ofrecía con Bill Clinton y Mauricio Macri, ha destacado que "las políticas centradas únicamente en el gasto han creado un efecto opuesto al deseado, provocando el colapso del crecimiento económico y aumentando deuda".