"Hay menos pobres en Chile", resumió el ministro de Desarrollo Social de ese país, Marcos Barraza, los resultados de la más reciente Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen), presentados el 22 de septiembre en Santiago. Esa encuesta es la que utiliza el Gobierno de Michelle Bachelet como base para elaborar y ejecutar su política de […]
Dirigentes Digital
| 26 sep 2016
"Hay menos pobres en Chile", resumió el ministro de Desarrollo Social de ese país, Marcos Barraza, los resultados de la más reciente Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen), presentados el 22 de septiembre en Santiago.
Esa encuesta es la que utiliza el Gobierno de Michelle Bachelet como base para elaborar y ejecutar su política de beneficios sociales. Considera dos aspectos de la pobreza: uno relativo a ingresos y el otro en términos de Educación, Salud, Trabajo y Educación Social y Vivienda (multidimensional).
Según el primer parámetro, una persona es pobre cuando no recibe más que 229,8 dólares mensuales y extremadamente pobre cuando esa suma cae a menos de 153,2 dólares. Los ingresos también definen la pobreza y extrema pobreza en hogares de hasta cinco miembros: 708,9 y 472,6 dólares, respectivamente.
Ese índice, medido por el nivel de ingresos, es el que cayó 2,7 puntos porcentuales entre 2013 y 2015 (de 14,4% a 11,7%), según los datos del Gobierno. Ya en términos multidimensionales, la caída fue de 1,3 puntos (de 20,4% a 19,1%), vale decir la mitad de la reducción por ingresos.
Al conjugar ambas categorías (ingresos y multidimensional), el porcentaje de pobres en Chile es de 4,5%, mientras que el de extremadamente pobres (indigentes) es del 3,5% (en 2013 eran 4,5%).
En el período medido hubo "una disminución moderada y estadísticamente significativa de la desigualdad en la distribución del ingreso autónomo (generado por los hogares) y monetario (ingreso autónomo más subsidios del Estado)", destacó el ministro.
Desigualdad y confianza
"En el 20% más pobre de la población es donde hay más disminuciones de desigualdad", puntualizó Barraza, quien destacó que, a pesar de la persistencia de esos niveles de pobreza, hay una tendencia a la baja porque las políticas sociales de Bachelet "están en la buena dirección".
A pesar de esos resultados, la propia mandataria, que dejará el poder tras las elecciones de 2017 después de cumplir dos períodos de políticas socialistas, advirtió recientemente a su sucesor sobre la desconfianza ciudadana en las instituciones.
Ello se debe a las sospechas de corrupción que salpicaron a su Gobierno en meses recientes, llegando incluso a comprometer la figura de su hijo en un caso de supuesto tráfico de influencia. "Quien aspire a conducir el país tendrá que seguir con las medidas de transparencia y anticorrupción", dijo la mandataria.
Transparencia y política
La encuesta Casen llegó a generar polémicas por el uso supuestamente político que hiciera su predecesor, Sebastián Piñera, lo que provocó la retirada temporal de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) como organismo asesor del proceso.
Para enfrentar esa desconfianza generalizada, Bachelet puso en marcha una acción de transparencia que prevé inclusive la pérdida del cargo para los funcionarios que no cumplan con la normativa. "Esto va a empezar a mostrarse y esperamos que se recupere la confianza", dijo la mandataria.
"Para todos los efectos prácticos, este gobierno ya puede darse por finalizado", dice el analista Patricio Navia, profesor del Centro de Estudios Latinoamericanos y del Caribe de New York University, quien entiende que la acción de Bachelet ocurre tarde.
"La economía del país se frenó, la gente ha visto aumentar su frustración y las soluciones que Bachelet prometió no se materializaron", concluye el académico.