Está abierto un conflicto legal entre los dos bandos, establecidos por Sánchez, de quién dirige el partido. Por encima de la legalidad, hay una lucha de legitimidad que hace difícil intuir como va a terminar la guerra interna. Teniendo en cuenta los acontecimientos más recientes, como la destitución de Tomás Gómez en la dirección del PSM (Partido Socialista de Madrid) con cambio cerraduras en las oficinas, se impondrá el bloque con más fuerza.
A falta de calibrar que facciones tiene más peso y debido a la fragmentación territorial, se abren dos escenarios. El primero es que Sánchez dé un paso atrás y se consiga formar una gestora. Javier Fernández, presidente de Asturias, suena como la persona encargada de gestionar este período, como persona de consenso.
La segunda opción es que Sánchez aguante hasta el próximo sábado sin presentar su dimisión para que se celebre el Comité Federal. Curiosamente los dos caminos conducen al máximo órgano rector del partido, donde ambas partes medirán sus fuerzas. Los componen alrededor de 300 miembros que forman parte de la ejecutiva nacional, federaciones y antiguos cargos del partido, como Felipe González o José Luis Rodríguez Zapatero.
Normalmente, no hay votaciones porque el secretario general pacta las resoluciones con el resto de líderes, pero en caso de enfrentamiento se pronunciarán los miembros del Comité a mano alzada. Si una propuesta de la ejecutiva de Sánchez, en principio la propuesta de realizar un Congreso con primarias, o la dimisión de la actual dirección planteada por los críticos a Sánchez.
La cuestión es que Sánchez no está dispuesto a dimitir aunque pierda la votación para llevar al partido a unas primarias, en caso de que se vote su propuesta. Por ello los críticos querrán plantear una moción de censura amparándose en el artículo 36 de los estatutos donde se especifica que el Comité Federal "podrá exigir, en su caso, la responsabilidad política de la Comisión Ejecutiva Federal mediante la presentación de una moción de censura, apoyada al menos por el 20% de sus miembros y sancionada para tener efectos por la mayoría absoluta de los y las integrantes del Comité Federal".
Si ganan los críticos la normalidad del partido llegará vía un congreso federal extraordinario, donde Sánchez todavía podría disputar el liderazgo al candidato que promuevan los críticos. La clave del futuro del PSOE será si mantiene el proceso de primarias que ahora rige al partido.