Los expertos coinciden en señalar que el resultado electoral americano apenas tiene impacto en los mercados financieros.
Patricia Malagón
| 30 oct 2024
El próximo 5 de noviembre Estados Unidos elegirá un nuevo presidente, que tomará posesión a finales del mes de enero de 2025. Aunque las encuestas dan cada vez más favorito a Donald Trump, estos últimos días de campaña pueden cambiar el voto de los electores indecisos. En cualquier caso, los mercados y los inversores parecen moverse al calor de las encuestas que se van publicando, pero ¿tiene sentido?
En esta ocasión, se cumple el popular refrán que señala que hay “mucho ruido y pocas nueces”. O lo que es lo mismo, el revuelo causado es mucho mayor al impacto real que estos comicios tendrán en los mercados. De hecho, según Natixis Center for Investor Insight, el 54% de los asesores financieros creen que el resultado ya está descontado en el mercado.
La historia demuestra que la renta variable ha funcionado bien independientemente de la configuración política de Washington. Desde 1933, ha habido 44 años en los que un partido ha controlado la Casa Blanca y el Congreso al mismo tiempo. Durante estos periodos, las acciones registraron una rentabilidad media anual del 14,4%, ligeramente superior a las ganancias medias cuando el Congreso estaba dividido entre los dos partidos.
Históricamente, el resultado ‘menos bueno’ ha sido cuando el Congreso está controlado por el partido opuesto al presidente, pero incluso en este caso la rentabilidad media ha sido de dos dígitos.
“Puede que los votantes tengan una marcada preferencia por estos resultados, pero los inversores deberían consolarse con el hecho de que todos estos escenarios han producido históricamente fuertes rendimientos de la renta variable”, sostienen desde Capital Group. “Los inversores se preocupan demasiado por el ganador de las elecciones, harían bien en ignorar el ruido y centrarse en el largo plazo”.
Aunque en el largo plazo parece importar poco quien ocupe la Casa Blanca, lo cierto es que habrá algunas diferencias entre un candidato u otro, y también algunas similitudes.
Para Caspar Rock, director de inversiones de Cazenove Capital (Schroders), “una victoria de Harris podría no cambiar significativamente el panorama, dado su apoyo a muchas de las políticas de Joe Biden y la probabilidad de que tenga que lidiar con una legislatura dividida. En cambio, una victoria de Trump podría provocar un cambio más significativo. Su apuesta por los recortes fiscales y la desregulación podría traducirse en un crecimiento ligeramente superior al de Harris, pero la promesa de aranceles y las políticas antiinmigración también podrían provocar un aumento de la inflación”.
Los retos que afrontan son de corto plazo, como un posible recorte de la inflación o los crecimientos de ciertos sectores frente a otros. Sin embargo, uno de los problemas de fondo, como la deuda, parece que seguirá siendo el gran elefante en la habitación.
“Ninguno de los dos candidatos ha dado muchas garantías sobre la deuda pública estadounidense, que muchos analistas consideran insostenible. Ambos contarán con que los vigilantes de bonos sigan dormido”, comenta Rock.
En cuanto a las posibles subidas en bolsa esperadas, como las que se dieron en 2016, parece que no se repetirá un impacto tan elevado. “Los inversores no deberían esperar una repetición del repunte del mercado de renta variable de 2016 si Trump gana las elecciones. La renta variable ya se ha revalorizado un 23 % este año, frente a la modesta subida del 5 % registrada a estas alturas de 2016. De hecho, se trata de la mayor rentabilidad del mercado de renta variable antes de unas elecciones en los últimos 50 años”.