Si nos fijamos tan solo en los datos del segundo trimestre, el Producto Interior Bruto chino ha crecido a un ritmo del 6,2 por ciento en tasa interanual (menor crecimiento en 27 años), en línea con lo esperado, mientras que en el primero lo había hecho en un 6,4 por ciento.

Los datos dejan a las claras que el gigante asiático mantiene su proceso de desaceleración económica, aunque es cierto que las cifras están en línea con los objetivos marcados por Pekin para el ejercicio actual. No hay que olvidar que el gobierno chino se ha fijado como meta conseguir tasas de crecimiento en el rango de entre el 6 y el 6,5 por ciento.

El desglose de los datos refleja que la producción del sector servicios ha repuntado un 7 por ciento de enero a junio de 2019, para representar ya el 54,9 por ciento del PIB total. Por su parte, el crecimiento en la industria primaria ha sido del 3 por ciento y del 5,8 por ciento en la secundaria. Se registra, además, un fuerte impulso del consumo, que contribuye con un crecimiento del 60,1 por ciento en el primer semestre.

También se han conocido otras cifras relevantes de la economía china referidas al primer semestre del ejercicio: las ventas minoristas han repuntado un 8,4 por ciento y la producción industrial ha avanzado un 6 por ciento.