Los analistas políticos coinciden que la actual campaña ha sido uno de las más crispadas que se recuerdan. Han salido a relucir trapos sucios de ambos candidatos. La larga trayectoria empresarial y política de Trump y Clinton tiene bastantes sombras por iluminar. De los debates entre Donald Trump y Hillary Clinton han salido a luz […]
Dirigentes Digital
| 08 nov 2016
Los analistas políticos coinciden que la actual campaña ha sido uno de las más crispadas que se recuerdan. Han salido a relucir trapos sucios de ambos candidatos. La larga trayectoria empresarial y política de Trump y Clinton tiene bastantes sombras por iluminar. De los debates entre Donald Trump y Hillary Clinton han salido a luz muchos asuntos que han salpicado la reputación de los candidatos que hacen cumplir de la teoría que ganará el que menos rechazo genere en el electorado estadounidense. La lista es larga. Por empezar por Trump se jactó en públicamente de que pagaba pocos impuestos cuando defiende que es uno de los empresarios con la mayor fortuna del país. Como empresario tiene una trayectoria de sonados fracasos que han provocado que durante casi dos décadas apenas haya pagado al fisco aprovechando las ventajas del sistema tributario estadounidense. Tras triunfar en el sector inmobiliario apostó por la industria de los casinos con el objetivo de reflotar Atlantic City como un nuevo Las Vegas. Su conglomerado se ha acogido cuatro veces a la Ley de Quiebras. En sus aventuras empresariales, Trump tuvo su propia aerolínea, pero fracasó por distintos factores. En 1989, Easter Airlines se puso en subasta. Donald Trump ganó la puja por 338 millones de dólares, financiados a través de 22 bancos. El objetivo era convertir a la compañía en una aerolínea de ultralujo, algo que no sedujo a los clientes que buscan vuelos baratos. Para Clinton el camino no ha sido más favorable. Su campaña ha estado marcada por el uso del correo personal para tratar temas de Estado cuando era secretaría de Estados Unidos con Obama. Aunque el FBI ha archivado el caso en dos ocasiones, su reputación ha quedado dañada al borrarse cientos de emails antes de la investigación. Wikileaks destapó con filtraciones la parte más oculta de la dirigente. Publicó correos privados en la que muestran a una halcón entre palomas. En la denominación de demócratas como palomas y halcones a los republicanos, los contenidos de la organización apuntan a que Clinton apoyó las intervenciones militares más polémicas de los últimos años de Estados Unidos.