Cuando nos atrevemos a decir que nuestras empresas no son inteligentes no es porque las despreciemos, nada más lejos de nuestra intención. Decimos que no son inteligentes porque no usan la inteligencia para tomar decisiones en su día a día. Si el mundo cambia, si el mercado cambia, no es inteligente hacer lo que siempre […]
Dirigentes Digital
| 08 oct 2014
Cuando nos atrevemos a decir que nuestras empresas no son inteligentes no es porque las despreciemos, nada más lejos de nuestra intención. Decimos que no son inteligentes porque no usan la inteligencia para tomar decisiones en su día a día.
Si el mundo cambia, si el mercado cambia, no es inteligente hacer lo que siempre hacíamos. Si seguimos imitando el éxito de los demás, no somos inteligentes. Y actuar cuando vemos la rentabilidad inmediata tampoco es inteligente.
El modelo empresarial debe cambiar algunas cosas, pero mucho más el modelo mental de los empresarios que creen que las ideas felices se les ocurren sólo a ellos o que, como son muy buenos, pueden actuar de forma paternalista en los mercados internacionales. Las cosas del mundo globalizado son diferentes. El mundo globalizado es inteligente.
Ser inteligente hoy es actuar diferente, pensar diferente. En nuestro caso, creemos que un empresario inteligente debe conocer y operar con información relevante, contrastada, evaluada y que se ha recopilado de forma eficiente. Es decir, usar Herramientas de Inteligencia para la recolección, procesamiento, evaluación y para crear la estrategia. Pero también debe conocer al cliente de forma diferente, debe hacerlo con inteligencia, debe usar el Socint (Inteligencia Sociocultural).
Sería conveniente que no se fiara inocentemente de entidades públicas o privadas que no respondan a sus necesidades personales, puesto que cada empresa es diferente en algo, y ese algo, aunque sea mínimo, hace que unos fracasen y otros triunfen. Inteligente es el que sabe moverse en las redes y evaluar sus riesgos, pero no sólo como community manager, sino también gestionando la reputación en redes, la seguridad física… es decir, saber quiénes y por qué le siguen o le critican. En definitiva, conocer al amigo y al menos amigo.
Una empresa inteligente del siglo XXI debe usar herramientas de Inteligencia Competitiva o estará perdida en poco tiempo. Y debe hacerlo de forma legal, de manera profesional y de la mano de especialistas avalados. Es la diferencia entre ciencia y opinión: acepto remedios caseros de mi amigo, pero cuando estoy enfermo voy a un profesional. Y es que no todos los que dicen hacer inteligencia son Expertos en Inteligencia. Una empresa inteligente invierte en lo que es necesario para hacer las cosas bien o, de lo contrario, perdería el coste de oportunidad. Y una pyme o un emprendedor no es menos. Nadie duda hoy de la necesidad de la informática, del mismo modo que nadie debería dudar de la necesidad de las Herramientas de Inteligencia.
No es un terreno vedado para las empresas de bajo presupuesto, simplemente es un sector al que no recurren las empresas NO inteligentes.
Hemos hablado de inteligencia y acerca de por qué es necesaria para la empresa. En otra ocasión, hablaremos en detalle de su uso para la internacionalización, para la protección de marca, la ciberseguridad, la evaluación de proveedores, la protección de patentes, la negociación…
Aquí empieza a oírse el término de inteligencia o análisis de inteligencia. En otros países, lo utilizan para negociar con nosotros desde hace muchos años. Son inteligentes y nos ganan. Desde h4dm SL queremos que el tejido empresarial sea inteligente, no sólo porque somos una empresa de estrategia e inteligencia, sino porque las empresas inteligentes fuerzan a que los que ayudamos a resolver problemas o los prevenimos también lo seamos.
Fernando Cocho Pérez, CEO de h4dm SL.