El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha presentado este miércoles ante el pleno del Parlamento Europeo los detalles de las medidas que plantea Bruselas para aliviar la crisis migratoria, y que incluye el reparto de 120.000 nuevas plazas para acoger en el resto de Estados miembros a demandantes de asilo llegados inicialmente a Italia, Grecia y Hungría.
Juncker ha pedido a los países de la Unión Europea que "no olviden nunca" por qué es tan importante dar asilo a los refugiados, porque el continente sufrió en su propia piel varias guerras, y abogó por una acción audaz, determinada y concertada. El presidente de la Comisión en la presentación de los planes para acoger refugiados en el Parlamento Europea ha apelado a las situaciones que vivió el Viejo Continente con la persecución de judíos, gitanos o republicanos españoles para arrancar la solidaridad de los socios comunitarios."No es el momento de tener miedo. Es el momento para una acción audaz, determinada y concertada por parte de la Unión Europea, por parte de sus Estados miembros y por parte de sus instituciones".
El presidente de la (CE) que comenzó su discurso afirmando que la UE "no se encuentra en buen estado" y que quiere cambiar ese estado con un esfuerzo común, recalcó que miles de personas huyen de Siria, del terror del Estado Islámico o de la dictadura en Eritrea. Recordó que los países europeos más afectados son Grecia, con más de 200.000 refugiados, Hungría con unos 150.000 e Italia con 120.000 demandantes de asilo, unos "números impresionante".
"Para algunos los números dan miedo. Pero ahora no es el momento de tener miedo", pero no es el momento para ello, sino la hora para "la humanidad y la dignidad humana", ha dicho Juncker, cuando ha resumido las cifras de la crisis en distintos países con Grecia soportando más de 200.000 refugiados, Hungría con unos 150.000 e Italia con 120.000 demandantes de asilo.
"Nuestra Historia común está marcada por millones de europeos huyendo de persecución religiosa o política. De la guerra, la dictadura y la opresión", ha indicado, destacando que, con la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, se estableció un régimen de protección para aquellos que huyen de la guerra y la opresión del totalitarismo. "Nosotros los europeos nunca deberíamos olvidar por qué dar refugio y cumplir con el derecho fundamental del asilo es tan importante. Es uno de los valores internacionales y europeos más importantes. No deberíamos olvidarlo".
Hungría, República Checa, Eslovaquia y Polonia han rechazado frontalmente las cuotas obligatorias. Incluso, el primer ministro húngaro ha argumentado su negativa porque muchos refugiados son musulmanes y amenazan las raíces cristianas de Europea. "No hay creencias, religiones o filosofías cuando hablamos de refugiados. El asilo es un derecho", ha remarcado Juncker, que ha pedido a los países establecer un mecanismo de reubicación permanente que permita reaccionar más deprisa y automáticamente a crisis parecidas.
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