El Fondo Monetario Internacional (FMI) no exige nuevas reformas a Grecia, sino que aplique en profundidad lo pactado y que ajuste sus cuentas públicas. En su último informe, reconoce que el país ha hecho un “progreso importante” en la reducción de sus desequilibrios macroeconómicos desde los peores años de la crisis. Como consecuencia de estas […]
Dirigentes Digital
| 07 feb 2017
El Fondo Monetario Internacional (FMI) no exige nuevas reformas a Grecia, sino que aplique en profundidad lo pactado y que ajuste sus cuentas públicas. En su último informe, reconoce que el país ha hecho un “progreso importante” en la reducción de sus desequilibrios macroeconómicos desde los peores años de la crisis. Como consecuencia de estas medidas, y de la ayuda de sus vecinos europeos, Grecia ha vuelto a crecer de manera modesta en 2016 (0,4%) y se espera que acelere el ritmo en 2017 (2,7%). Sin embargo, el organismo no olvida el alto coste para la sociedad helena, ya que el proceso de ajuste ha conllevado la reducción de los ingresos por habitante, una tasa de desempleo “excepcionalmente alta” (23,2%, la mayor de la UE) y un elevado índice de pobreza (35,7%). En esta línea, el organismo dirigido por Christine Lagarde advierte sobre la existencia de riesgos que podrían frenar el crecimiento, como los niveles “insostenibles” de deuda pública (183,9%) o la necesidad de generar una expansión económica “inclusiva”. “Los esfuerzos deben enfocarse en mejorar las finanzas públicas, reparar los desequilibrios en los balances y eliminar los obstáculos al crecimiento”, destaca el informe. En este sentido, el FMI señala que Grecia no necesita más reformas fiscales, ya que con el ajuste llevado a cabo se espera que genere un superávit primario de medio punto porcentual sobre el PIB en el medio plazo, sino reequilibrar la recaudación ampliando las bases en el impuesto sobre la renta y racionalizando el gasto en pensiones. El objetivo es derivar esa capacidad de financiación hacia los grupos más vulnerables y poder bajar los tipos. Otra de las fuentes de ingresos debe ser la lucha contra el fraude fiscal, por lo que el organismo aconseja fortalecer la Hacienda Pública, mejorar la vigilancia sobre las grandes fortunas y perfeccionar los mecanismos antiblanqueo. Entre los riesgos a enfrentar se encuentra también el exceso de préstamos dudosos, lo que supone un obstáculo para la reapertura del crédito a las empresas y familias. Grecia tendrá que reforzar su regulación en torno a la reestructuración de las deudas privadas, incluyendo soluciones extrajudiciales, al mismo tiempo que asegurar la adecuada liquidez para la banca como única forma de viabilidad a largo plazo. Por último, el FMI señala la necesidad de implementar por completo las reformas estructurales para impulsar la competitividad del país heleno. A pesar de que los ajustes han generado una tendencia a la baja en los salarios, es necesario que Grecia continúe con su reforma del mercado laboral para devolver la actividad a la senda de la inversión y la innovación, facilitando además las privatizaciones.