Perú prepara una revolución económico-social

Ya desde los tiempos en que fue virreinato español, Perú mantiene una economía basada en los minerales. Durante el reciente auge de las materias primas, su Producto Interior Bruto (PIB) creció a un ritmo promedio del 6% anual. Pero en 2014, con el fin del ciclo, la expansión cayó al 2,3%. Al año siguiente, no obstante, tuvo una significativa recuperación (3,2%), aunque en 2016 la variación fue casi imperceptible (3,7%), con un resultado que incluyó un déficit fiscal del 2,7% del PIB. Las elecciones presidenciales del año pasado le dieron el triunfo a Pablo Kuczynski (78), un economista que se autodefine “de centro” y que venció, por un margen muy pequeño, a Keiko Fujimori, la candidata de una derecha cuya victoria habría sido, en palabras de Mario Vargas Llosa, “un desastre”. El escritor también fue un actor político en la escena local, al presentarse a las elecciones de 1990. Kuczynski, que ha estado al frente de los ministerios de Minas y de Economía en diferentes gobiernos, se propone para este año lograr un crecimiento del 4,5% a partir de un plan que incluye, además de un ajuste fiscal y la formalización de empresas, un fuerte impulso a los sectores de infraestructuras y construcción. Eso sin olvidar que su gran apuesta es reactivar las inversiones en la minería, el principal motor del país. Su primer viaje oficial como jefe de Estado fue a la República Popular de China, con la que Perú lleva 45 años de relaciones diplomáticas y con la que firmó un tratado de libre comercio en 2009. Ambos países, además, se encuentran en el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), ámbito a través del cual China viene consolidando su expansión en América Latina y Caribe. Puede leer el reportaje completo en la revista DIRIGENTES del mes de febrero