El paisaje urbano de Los Ángeles está plagado de restaurantes, salones de belleza, tiendas de ropa o de comestibles. En muchas ocasiones, detrás de estos pequeños negocios no veremos a un ciudadano con pasaporte y ciudadanía americanas sino a un inmigrante que ha conseguido abrirse camino en la Gran Manzana.
Según un estudio publicado por la Americas Society y el Instituto de Política Fiscal, los inmigrantes tienen entre un 10% y un 15% más de probabilidades de emprender que aquellos que han nacido en Estados Unidos. En concreto, entre los años 2000 y 2013, los negocios regentados por inmigrantes crecieron a nivel nacional en dos tercios de los 50 principales núcleos urbanos del país. En estos momentos están al frente del 28% de los negocios locales, su nivel de ingresos es de 13.000 millones de dólares.
Hay ciudades como Los Ángeles donde regentan un 64% de los negocios locales, un 61% en San José (ambas ciudades en el estado de California); un 56% en Washington DC o un 54% en Miami. En estas ciudades, las pequeñas empresas dirigidas por inmigrantes han jugado un papel esencial en dar la vuelta a la pirámide de población, cada vez más envejecida, lo que ha ayudado a impulsar su crecimiento económico. El estudio incluye tanto a los inmigrantes legales como ilegales.
Para la presidenta de la Americas Society, Susan Segal, "este informe confirma y cuantifica lo que vemos en nuestra vida diaria: que los inmigrantes son cruciales para la vitalidad económica y el éxito de las ciudades."
De cara a las grandes cifras macroeconómicas, según David Dyssegaard Kallick, autor del estudio y miembro del Instituto de Política Fiscal, son tipos de negocio que no atraen mucha atención a la hora desarrollar políticas económicas, "se trata de pequeñas empresas que no generan grandes beneficios, pero juegan un papel esencial en el dinamismo local de las ciudades". Estamos hablando de que los inmigrantes regentan el 53% de las tiendas de comestibles, el 42% de los salones de belleza, el 43% de las licorerías, el 38% de los restaurantes y el 32% de tiendas de ropa, complementos y joyas.
El estudio defiende que el debate sobre la inmigración, tan presente en la vida política americana, se fije también en estos pequeños negocios y recomienda algunas medidas para favorecer su desarrollo. Medidas como crear una oficina gubernamental que gestione la integración de los inmigrantes, eliminar las barreras a la inmigración ilegal que ya se ha establecido en las diferentes comunidades, llevar a cabo iniciativas de formación empresarial para estos colectivos, implicar a las instituciones financieras, crear "incubadoras" de empresas, (especialmente aquellas centradas en la gastronomía, donde hay un mayor crecimiento), desarrollar las cámaras de comercio o vigilar los salarios y los beneficios de los trabajadores.
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