Asia es uno de los países con mayores contrastes a nivel demográfico. Desde países como Japón, con las menores tasas de natalidad del mundo y una población altamente envejecida, hasta países como Filipinas, donde la población activa es tan numerosa que el mercado no puede absorberla. Según el Foro Económico Mundial, este fenómeno podría llegar a […]
Dirigentes Digital
| 08 jun 2017
Asia es uno de los países con mayores contrastes a nivel demográfico. Desde países como Japón, con las menores tasas de natalidad del mundo y una población altamente envejecida, hasta países como Filipinas, donde la población activa es tan numerosa que el mercado no puede absorberla. Según el Foro Económico Mundial, este fenómeno podría llegar a restar hasta un 1% del PIB anual durante las tres próximas décadas. En el otro extremo, países como India experimentarán el fenómeno contrario, con incrementos en la misma proporción. El envejecimiento de la población está siendo especialmente veloz en el este de Asia. El crecimiento de la población ya es negativo en Japón y no se espera que la tendencia se revierta hasta 2050, cuando se estabilizará en cero. Lo mismo ocurre en Singapur y Corea del Sur, donde más de un tercio de la población es mayor de 50 años, aunque en Japón esta propoción alcanza casi al 50%. La principal consecuencia de esta evolución demográfica es una población activa menguante. Incluso en China se espera que el número de activos en edad de trabajar disminuya en 170 millones durante las próximas tres décadas. Además, este fenómeno supone un reto ‘extra’ para los gobiernos, que ven inviable pagar en el medio plazo sus pensiones con el sistema actual. Como propuestas, el organismo internacional aconseja promover el incremento de la productividad y de los trabajos de alta cualificación. Por otro lado, el fomento de la inserción de las mujeres en el mercado laboral y las ayudas a la natalidad son herramientas clave para intentar revertir la tendencia.