El PIB es un indicador macroeconómico estandarizado a nivel global que no entiende de idiosincrasias locales. Para remediarlo, el Reino de Bután introdujo en 2012 el indicador de Felicidad Nacional Bruta (FNB), a partir de un término que popularizó en los 70 el rey de este diminuto país, Jigme Singye Wangchuck. En 2008 ya se introdujo el […]
Dirigentes Digital
| 25 ago 2017
El PIB es un indicador macroeconómico estandarizado a nivel global que no entiende de idiosincrasias locales. Para remediarlo, el Reino de Bután introdujo en 2012 el indicador de Felicidad Nacional Bruta (FNB), a partir de un término que popularizó en los 70 el rey de este diminuto país, Jigme Singye Wangchuck. En 2008 ya se introdujo el concepto en la constitución de Bután con cuatro principios rectores: desarrollo socio-económico sostenible e igualitario, conservación medioambiental, preservación y promoción de la cultura y buen gobierno. En palabras de Dasho Karma Ura, presidente del Centro de Estudios de Bután y de Investigación del FNB: “mientras algunos países se preocupan por su carrera armamentística ahora más que nunca, era necesario que otros muchos países crearan indicadores que fuesen más allá de la economía”. En 2015, el centro presidido por Ura publicó un estudio que revelaba que el 91,2% de los habitantes de Bután eran felices o muy felices, lo que supone un aumento del 1,8% en su indicador con respecto a 2010. Bután tiene una historia de éxito desde muchos puntos de vista. Su población se ha beneficiado durante décadas de una reducción escalonada de la pobreza con importantes mejoras en sanidad y educación. El país es un modelo global de conservación medioambiental. Es el primer país con niveles negativos de carbono. Los bosques de Bután ocupan el 70% de su territorio y absorben más dióxido de carbono del producido por sus emisiones. Una deuda poco sostenible del 107% de su PIB El reino de la felicidad también debe lidiar con la gestión de presupuestos, crear infraestructuras y preparar a sus ciudadanos para crear empleo y aprovecharse de ello en el futuro. Para hacerlo, el Banco Mundial trabaja de forma estrecha con Bután para poner la base de un futuro más próspero a través de la creación de un sector privado económico y apoyando un desarrollo sostenible. Al mismo tiempo, Bután ha hecho grandes inversiones en la producción de energía hidroeléctrica para crear una fuente fiable de energía verde para el país. Se beneficia, además, de la exportación de esa energía sobrante a India. La deuda pública de Bután era del 107% de su PIB en marzo de 2017. La deuda pública externa de la energía hidráulica era a su vez del 77% de su PIB, y un 22% de deuda de energía no hidráulica. Los expertos se preguntan si este nivel de deuda es sostenible y se preguntan qué se debe hacer para afrontarlo. La financiación de la deuda podrá contribuir efectivamente al desarrollo económico cuando los beneficios de las inversiones superen los costes de financiación. El análisis del Banco Mundial muestra que los beneficios presentes y futuros de las exportaciones energéticas ayudarán a sufragar el coste de las inversiones en hidroeléctricas y será mayor que el coste de los préstamos y el servicio de la deuda. El acuerdo de Bután con la India asegura que los riesgos financieros y de construcción de los proyectos hidroeléctricos están cubiertos por el inversor. La India, por su parte, se compromete a adquirir la electricidad excedente que refleja unos costes de producción superiores al 15%. Una ayuda de 300 millones a 40 años, sin intereses Además de las inversiones de Bután en infraestructuras y energía, desde el Banco Mundial se anima al país a formular una política de deuda así como ayuda a diversificar y modernizar su economía para crear una mayor oferta laboral y de mayor calidad. El Banco Mundial ha apoyado proyectos en este país que se centran en la mejora de la eficiencia financiera, el fomento del crecimiento del sector privado y el apoyo del desarrollo sostenible. Se requieren mayores inversiones para acelerar el proceso y conseguir estas metas. El Banco Mundial está duplicando sus fondos disponibles para que Bután reduzca su deuda. El país podrá acceder a fondos por valor de 100 millones anuales durante los tres próximos años para apoyar su desarrollo con un interés del 0% y periodos de devolución a 40 años para maximizar el impacto a un coste efectivo de cero. El Banco Mundial se compromete de este modo a apoyar a Bután a través de la financiación para su desarrollo en la transformación del país hacia un futuro más próspero, inclusivo y sostenible, gracias a la combinación de proyectos bien diseñados y bien implementados con el conocimiento que da la experiencia global.