Gigantes versus startups

Veamos qué hay al otro lado de la balanza. Claramente las pequeñas y medianas empresas. Cerca del 50% de la población americana trabaja en pequeñas empresas, responsables, por otro lado, de la creación del 65% del empleo neto del país desde 1995. Pero ha sido en los últimos años cuando la tecnología ha dado una nueva dimensión a este sector. Hablamos de las startups, todas aquellas empresas emergentes apoyadas en la tecnología.

Las iniciativas públicas y privadas que buscan su incubación y crecimiento se han multiplicado. Entre ellas destaca el Consejo de Jóvenes Emprendedores (YEC por sus siglas en inglés), creada en 2010 y definida por FORBES como la élite de los emprendedores americanos. También firmas de venture capital están invirtiendo en startups a un ritmo que no se veía desde la burbuja de las .com; es el caso de Accel Partners, uno de los mayores fondos de inversión a nivel mundial. Y no solo hay fondos interesados en descubrir al nuevo Mark Zuckerberg, sino bancos, como el City National Bank, que han iniciado una agresiva campaña de préstamos a nuevos emprendedores.

Y parece ser que no solo se han convertido en las favoritas de los inversores, sino que han conseguido hacerse un hueco en sectores monopolizados por las grandes compañías. En agricultura, empresas como Monsanto, Deere o DuPont han empleado cientos de millones de dólares en tecnología para recopilar datos que son utilizados por los agricultores para controlar y mejorar su cosecha. Con los datos que ofrece gratuitamente el Servicio Nacional de Meteorología y Google Maps, la pequeña compañía 640 Labs ha conseguido crear un software que compite con las grandes firmas. No es la única, otro ejemplo en este sector es FarmLogs, que según Reuters ha triplicado desde junio el número de granjas que usan su sistema hasta alcanzar el 15% de las granjas del país.

La otra parte de la historia de estos heroicos "Davides" es que muchas veces el destino de una startup es que sea absorbida o patrocinada por una compañía mayor. No es desconocido el afán comprador de Walmart, que el pasado mes de mayo se hizo con Adchemy para mejorar en comercio electrónico. Otro ejemplo es Amazon, cuyo afán por crecer lo está llevando a explorar varios sectores al mismo tiempo: mensajería, industria editorial o medios de comunicación, y algo que está contribuyendo a este crecimiento es la compra de startups, como la italiana Gopago a finales de 2013. Volvemos a las compras y a la concentración empresarial, la balanza se inclina de nuevo a las grandes empresas.

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