La base de cotización mínima de los casi dos millones de trabajadores autónomos que ejercen su actividad de forma personal se mantiene en este mes de enero en 919 euros. Esta congelación se debe a que no ha habido nueva Ley de Presupuestos para 2018 por lo que la Orden no puede, por sí misma, […]
Dirigentes Digital
| 30 ene 2018
La base de cotización mínima de los casi dos millones de trabajadores autónomos que ejercen su actividad de forma personal se mantiene en este mes de enero en 919 euros. Esta congelación se debe a que no ha habido nueva Ley de Presupuestos para 2018 por lo que la Orden no puede, por sí misma, modificar la base. Sin embargo, como ocurrió en 2017, esta base podría conocer una subida en medio del año próximo cuando se sepa si habrá Presupuesto del Estado. Por otro lado, el Ministerio de Empleo se ha servido de este mismo argumento para incrementar en un 4% la base de cotización del otro millón de autónomos que son administradores de sociedades, aunque éstas sean unipersonales. Por lo tanto, la base mensual pasa de 1.150 a 1.199 euros y se traduce en un aumento de la cuota en 168 euros anuales o 14 mensuales. De esta forma, los societarios han visto incrementada su base mínima en un 12% tan sólo en dos años. La razón se debe a que estos autónomos deben cotizar sobre una base equivalente al Grupo I del Régimen General, cantidad que aumenta automáticamente con las subidas del Salario Mínimo Interprofesional. Esta relación, que no responde a ninguna lógica, ha sido modificada por la reciente Ley de Reformas del Trabajo Autónomo, pero como la nueva Ley establece que la actualizaciones serán de acuerdo con la Ley anual de Presupuestos y como en este caso no hay prevista la aprobación de esta Ley se ha aplicado el criterio anterior. Sin embargo, para UPTA no hay motivo para ello, ya que al no haber presupuesto se tendría que haber congelado como para el resto de los autónomos. UPTA sigue recordando que los incrementos de bases mínimas injustificadas tan sólo sirven para aumentar el esfuerzo de los autónomos con rentas más bajas, ya que a diferencia de la propuesta de UPTA, el actual sistema no redistribuye la carga de cotización de acuerdo a los ingresos reales por lo que son siempre los más débiles los que sufren estas subidas.