Venezuela ha anunciado que va a investigar la desaparición de 20.000 millones de dólares procedentes del contrabando de oro en los últimos seis años. Es la reacción que ha tomado la Asamblea Nacional tras la denuncia de Elías Matta, el diputado venezolano que ha manifestado la situación continua de tráfico irregular hacia las islas del […]
Dirigentes Digital
| 02 feb 2018
Venezuela ha anunciado que va a investigar la desaparición de 20.000 millones de dólares procedentes del contrabando de oro en los últimos seis años. Es la reacción que ha tomado la Asamblea Nacional tras la denuncia de Elías Matta, el diputado venezolano que ha manifestado la situación continua de tráfico irregular hacia las islas del Caribe, según informa la propia Asamblea Nacional. La reclamación de Matta se produce a raíz de que Ronald van Raak, miembro de la Segunda Cámara del Parlamento holandés, pidiera claridad a las autoridades venezolanas sobre el paradero del oro que se produce en el país. Los informes holandeses afirman que miles de kilos de este metal dorado salen todos los meses en dirección a islas holandesas en el Caribe. Será la comisión de Energía y Minas quien investigue los hechos. El propio Elías Matta declaró que Venezuela produce anualmente alrededor 110 toneladas de oro, según cifras de 2015, de las cuales 88 salen de forma ilegal, a través de islas del Caribe y también por Brasil, Colombia o Bolivia. Tanto el origen como el destino final del oro es un enigma, ya que es difícil contabilizar cifras sobre este mercado fraudulento, aunque se puede asegurar que una gran parte de ese metal precioso que se comercializa de forma ilegal va a parar a Miami, Florida. En cualquier caso, según Datamyne, una consultora originaria de Miami, tres de cada cuatro kilos de este mineral que se importan en Estados Unidos proceden de América Latina. De esa forma, discurre por Miami una cantidad de oro que está cerca del 2% del valor de este metal que almacenan las reservas federales. Las compañías norteamericanas suspiran por el oro, desde las propias marcas dedicadas al comercio de joyas como Tiffany & Co, así como compañías como Apple y otras 67 empresas que aparecen en la lista Fortune 500. Las grandes corporaciones quieren oro, así como sus clientes, pero nadie quiere saber de dónde procede. Prueba de ello, es que según una investigación de Miami Herald, “Oro sucio, dinero limpio”, la compañía de metales preciosos NTR Metals compró 1.000 millones de dólares de oro procedentes de Perú. En su mayoría, esta cantidad fue enviada por narcotraficantes, que lavan su dinero intercambiando cocaína por oro que exportan a Miami. El vicepresidente de Sostenibilidad de Continental Gold, una minera canadiense, afirma al medio estadounidense que “gran parte del oro que se comercializa en el mundo viene manchado de sangre y de violación a los derechos humanos”. En ese sentido no es extraño que tres responsables de NTR fueran acusados por autoridades judiciales norteamericanas de comprar 3.600 millones de euros en oro a grupos de narcotraficantes latinoamericanos. Uno de los inconvenientes a la hora de cifrar la cantidad de oro que se mueve desde América Latina hasta Miami es que el mercado latinoamericano está fragmentado, aunque para los implicados en el negocio resulta un negocio muy lucrativo, dado que la mano de obra es barata y existen grandes reservas sin explotar.