Del análisis de 53 modelos diesel se desprende que "ninguno" cuenta con un dispositivo que truque las emisiones como el que montó Volkswagen en millones de unidades, pero la alarma ha vuelto a saltar. Las marcas y modelos alemanes afectados son Audi (A6), Porsche (Macan), Volkswagen (Amarok, Crafter), Opel (Insignia, Zafira) y Mercedes (V250 bluetec).
El gobierno ha acordado con estos cinco fabricantes una revisión "voluntaria", que tendrá lugar a lo largo de este año, de los 630.000 vehículos sospechosos "de toda Europa". Los modelos de fabricantes no alemanes son Alfa Romeo (Giulietta), Chevrolet (Cruze), Dacia (Sandero), Fiat (Ducato), Ford (C-Max), Hyundai (ix35, i20), Jaguar (XE), Jeep (Cherokee), Land Rover (Range Rover), Nissan (Navara), Renault (Kadjar) y Suzuki (Vitara). Al no tener estos fabricantes su sede central en Alemania, no puede exigir a estas otras casas que revisen sus vehículos pero va a pedir explicaciones a todos los fabricantes implicados.
Las dudas del Ejecutivo alemán se centran en el sistema de limpieza de emisiones, un dispositivo más allá de los filtros que los vehículos deben tener siempre activo y que las leyes comunitarias permiten desconectar excepcionalmente para proteger el motor.
El informe de la KBA, de 134 páginas, argumenta que, "la horquilla de temperaturas en las que estos sistemas se desconectan en los modelos citados son demasiado amplias", algo que no parece estar justificado técnicamente. Con el sistema activado, los modelos analizados cumplían los límites de emisiones de óxidos de nitrógeno, pero al alcanzarse ciertas temperaturas y desactivarse los dispositivos de limpieza, los vehículos sospechosos superaban con creces esos límites.
Tras destaparse el caso Volkswagen el año pasado, el Ministerio de Transportes encargó a la KBA estudiar los niveles de emisiones de gases contaminantes de más de 50 modelos de una veintena de fabricantes tanto alemanes como extranjeros.
En noviembre, tras analizar unos dos tercios de todos los modelos, la KBA ya avanzó que había detectado valores de emisiones de gases por encima de lo permitido en varios fabricantes. Entonces abrió una fase de consultas con los constructores afectados e indicó que posteriormente podrían buscarse "consecuencias legales".
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