En una entrevista al diario alemán «Welt am Sonntag», el economista jefe de Deutsche Bank asegura que «Europa está muy enferma y debe atacar muy deprisa los problemas existentes, de lo contrario hay peligro de un accidente». En referencia a los problemas de la banca italiana, pendiente del saneamiento de sus créditos de dudoso cobro, Folkerts-Landau asegura que «es realista» al decir que «estamos cerca de una peligrosa deflación al tiempo que los estados tienen unas deudas elevadas». En su opinión, «la caída de las acciones de los bancos europeos es sólo un síntoma de un problema mayor». E Italia merece una atención especial con unas necesidades de capital de 150.000 millones de euros. La Comisión Europea ha autorizado apoyar al sistema bancario italiano con una barra de liquidez de 150.000 millones aunque, aun así, las entidades deben incrementar capital. Los bancos italianos tienen créditos morosos y problemáticos por valor de 360.000 millones de euros, el 18 % de sus préstamos totales, según cálculos del IIF (Instituto de Finanzas Internacional). El Banco Central Europeo (BCE) ha advertido al Monte dei Paschi di Siena, el tercer banco de Italia, de que debe reducir sus créditos problemáticos en un 30 % para 2018. El Gobierno italiano ha sugerido la idea de inyectar capital por valor de 40.000 millones de euros, pero esto no es posible desde comienzos de año, cuando entró en vigor la nueva regulación de rescate de bancos que exige que sean primero los accionistas y acreedores los que asuman las pérdidas antes de inyectar capital público.
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