Aspiramos a un futuro posible, aunque hoy por hoy todavía utópico para algunos, donde la energía que consumamos sea cien por cien renovable. Las razones que me impulsan a creer y perseguir un panorama global totalmente sostenible pasan, como es obvio, en primer lugar, por la conservación de nuestro planeta y el que habitarán las […]
Dirigentes Digital
| 27 mar 2018
Aspiramos a un futuro posible, aunque hoy por hoy todavía utópico para algunos, donde la energía que consumamos sea cien por cien renovable. Las razones que me impulsan a creer y perseguir un panorama global totalmente sostenible pasan, como es obvio, en primer lugar, por la conservación de nuestro planeta y el que habitarán las futuras generaciones y por los consecuentes beneficios que un ecosistema libre de contaminación podría aportar a nuestra salud y calidad de vida.
Sin embargo, en los últimos tiempos vengo reflexionando acerca del lado más económico, material y tangible del asunto. En concreto, ¿qué efectos tendría para el mercado laboral una transición hacia un modelo energético basado exclusivamente en recursos renovables? ¿Se destruirían millones de puestos de trabajo para ser sustituidos por tareas totalmente automatizadas o llevadas a cabo por robots? Pues bien, resulta que el panorama es mucho más alentador de lo que pudiera parecer a primera vista. Un informe llevado a cabo recientemente por Mark Z. Jacobson, profesor de la Universidad de Standford, afirma que 139 países podrían completar su transición hacia una energía totalmente renovable en 2050 y lo que es mejor, hacerlo creando nuevos puestos de trabajo.
Si bien es cierto que, como es previsible, esta evolución hacia un modelo energético impulsado en su totalidad por fuentes renovables daría lugar a la pérdida y desaparición de algunos puestos de trabajo (en concreto la de cargos relacionados con la industria nuclear, del gas o del carbón, como menciona el informe), estas pérdidas serían sobradamente compensadas por los nuevos puestos que surgirían a raíz de un panorama totalmente sostenible.
En este sentido, cabe destacar que, según el informe anteriormente mencionado, la apuesta total de estos países por las energías renovables, más concretamente por las conocidas como WWS (Wing, Water, Sunlight), podría crear 25.4 millones de nuevos puestos de trabajo a jornada completa relacionados con la construcción y otros 26.6 millones de puestos relacionados con operaciones y mantenimiento. Esto daría como resultado un total de 52 millones de nuevos puestos de trabajo en el ámbito de la generación y transmisión de energía tanto eólica como hidráulica y solar.
Estos datos aportan aún más peso si cabe a nuestra apuesta por las energías renovables. En este contexto, ¿cuál es el camino a seguir para alcanzar un panorama energético cien por cien renovable, que permita la creación de empleo y que mejore nuestra calidad de vida? La solución, como bien apunta este informe, pasa por ‘electrificar’ todos los sectores energéticos e impulsar toda esta electricidad con energía eólica, hidráulica o solar. Para que este nuevo panorama pueda hacerse realidad, el almacenamiento de energía va a jugar un papel fundamental. Almacenar el excedente de energía para su posterior uso es clave a la hora de facilitar la eficiencia energética de las fuentes renovables.
Si algo tengo claro es que un futuro sostenible que no perjudique, sino que favorezca nuestra economía y nuestro mercado laboral, es posible y está en nuestras manos. Ojalá que todos los agentes involucrados, desde usuarios finales hasta gobiernos, reguladores y empresas, logremos ponernos de acuerdo para trabajar juntos hacia este objetivo común, que todo lo que parece ofrecernos, son ventajas.
Javier Goitia es Director General de Eaton España