Tras acudir a la asamblea de la ONU, en septiembre de 2015, Modi decidió visitar Silicon Valley, concretamente empresas como Facebook, Google o Tesla para reforzar así su apuesta por el desarrollo tecnológico y digital de India. Otro de los motivos por los que Modi ha emprendido esta gira por el valle tecnológico es la de conseguir inversores, entre las primeras compañías de la lista Fortune. Por este motivo, también visitó Apple.
Desde entonces, el fabricante ha estado pensando en la clave para invertir en India sin arriesgar demasiado y compitiendo mano a mano con las empresas locales. Cuando parecía haberla encontrado, el Gobierno la ha rechazado. Teniendo en cuenta el alto precio que tienen los teléfonos de la marca de la manzana mordida, la estrategia diseñada por la compañía consistía en importar y vender terminales usados, es decir, de segunda mano en el país. De esta forma conseguiría reforzar aún más sus ventas en la región, ya que podía ofrecer precios mucho más competitivos y acordes a los del resto de fabricantes.
La decisión es por tanto un revés para Apple, que sólo exporta el 2% de sus smartphones a India, y que además empieza a tener la necesidad de explotar nuevos mercados, ante la caída de la demanda de sus iPhones. La compañía estadounidense también está buscando la aprobación del Ejecutivo local para abrir la primera tienda al por menor en el país, clave para impulsar su marca en un mercado dominado por los vendedores locales.
Los rivales de Apple en India se han encargado de presionar al Gobierno en esta decisión, montando una campaña pública contra la propuesta de Apple, argumentando que tal medida daría lugar a una inundación de productos electrónicos usados, y acabarían con el programa Make-in-India diseñado por el gobierno para fomentar la fabricación local.
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