Si pensamos en la venta de arte, seguro que imaginamos una galería con cuadros que esperan a ser adquiridos por compradores deseosos de emplazarlos en los salones de sus casas. O también nos acordamos de una sala señorial, en la que unos compradores pujan por las obras que anuncia un subastador. En nuestros días, el […]
Dirigentes Digital
| 17 abr 2018
Si pensamos en la venta de arte, seguro que imaginamos una galería con cuadros que esperan a ser adquiridos por compradores deseosos de emplazarlos en los salones de sus casas. O también nos acordamos de una sala señorial, en la que unos compradores pujan por las obras que anuncia un subastador. En nuestros días, el mazo del subastador sufre menos desgaste porque los coleccionistas buscan y compran más arte por internet que nunca. Durante 2017 las ventas en el mercado de arte online se elevaron hasta los 4.221 millones de dólares, con un crecimiento del 12% con respecto al año 2016. Aun así, no hace tanto que se vendió en una puja pública el que es el cuadro más caro del mundo, el Salvator Mundi de Leonardo da Vinci, por 450 millones de dólares. El lienzo de da Vinci supone por sí solo una décima parte de toda la venta de arte online durante 2017. En términos generales, el mercado online aún está lejos de suponer una parte más relevante de los 63.791 millones de dólares que movió en su conjunto, según un informe del banco suizo UBS. La obra de da Vinci fue vendida por la casa de subastas Christie’s, que también es la casa líder en venta en internet, según el informe anual Hiscox Online Art Trade Report. A pesar de que los datos indican una mayor penetración y cifras más altas de ventas, el mercado del arte online ralentiza su crecimiento. Frente al 12% de 2017, el ritmo de aumento de 2016 fue del 15%, y en 2015, del 24%. La responsable técnico de Arte y Clientes privados de Hiscox, Eva Peribañez, cree que “la desaceleración del crecimiento de arte online no es una sorpresa”. En ese sentido, habla de “madurez” del mercado. El reto, según Peribañez, es consolidar el negocio. Así, se espera que en 2023 este mercado alcance los 8.370 millones de dólares. Compradores jóvenes Otra evidencia que se extiende en el comercio electrónico es la utilización cada vez mayor de dispositivos electrónicos. Uno de cada cinco compradores de arte online ya usa teléfonos móviles, frente al 4% que lo usaba en 2015. Esta tendencia revela otro dato: la creciente importancia de los jóvenes en el negocio de arte online. El uso del móvil es indispensable para los jóvenes entre 20 y 35 años, y las redes sociales, en especial Instagram (8 de cada diez compradores la utilizan para seguir la actualidad), se presentan como un elemento clave en el mercado del arte actual. A pesar de que su entrada es reciente (uno de cada cuatro ha realizado su primera compra durante el último año), el 63% espera comprar más obras de arte durante los próximos doce meses. En un intento por imitar la venta tradicional, la industria podría vivir “una competencia particularmente feroz durante los próximos 12 meses”, según la mitad de las empresas que operan en ese segmento. En particular, señalan a la realización de subastas online, que se consolidará según el 81% de las plataformas. Este modelo está auspiciado por las fusiones verticales entre compañías de distintas fases del negocio. Obstáculo: transparencia de precios y ciberseguridad La entrada de nuevos compradores aviva un debate menor para los coleccionistas habituales: la falta de transparencia de los precios. Nueve de cada diez nuevos compradores creen que es un aspecto clave para el que hay que encontrar una solución que hasta ahora no se está buscando. Peribáñez confía en que se resuelva porque es “esencial para atraer a nuevos compradores”. Asimismo, considera que existe talento para que eso suceda. Existe otra preocupación muy destacada para cuatro de cada diez compradores, referente a la falta de seguridad. No andan desencaminados, dado que el 54% de las plataformas y el 28% de las galerías han intentado ser atacadas cibernéticamente en los últimos doce meses. La mala noticia es que entre el 10% y el 15% de los ataques tuvieron éxito.