Por tradición, el Ejército turco es una pieza clave en el país porque, además de mantener el orden y garantizar la laicidad, vela por la integridad territorial. Desde hace años, estos militares libran una guerra contra el grupo armado kurdo PKK, a lo que se ha sumado el aumento de la tensión con sus vecinos, cada vez más problemáticos como Irak, Siria e Irán. Además, las Fuerzas Armadas turcas han participado en las misiones de la OTAN en Afganistán y Libia.
Lo cierto es que desde que Turquía fue elegido candidato a la adhesión a la Unión Europea en 1999, las ‘competencias’ de los militares turcos se han visto reducidas, especialmente desde la llegada al poder en 2002 de la formación islamista moderada del entonces primer ministro Recep Tayyip Erdogan, el Partido de la Justicia y el Desarrollo.
La tensión entre Erdogan y el Ejército ha sido latente desde entonces. De hecho, en 2007 los militares lanzaron un duro mensaje contra las políticas del gobierno islamista del entonces primer ministro y ahora presidente de la República, a través de un comunicado publicado en su web, que es conocido por algunos como el memorándum electrónico o el e-golpe.
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