La Comisión Europea (CE) acaba de publicar un manual de buenas prácticas para el sector minorista en el que se critican las restricciones que aplican los estados miembros a las actividades comerciales y su efecto en la integración económica, la competitividad y el desarrollo de tecnologías disruptivas. La comisaria europea de Mercado Interior, Industria, Emprendimiento y PYMES, Elżbieta Bieńkowska, ha […]
Dirigentes Digital
| 22 abr 2018
La Comisión Europea (CE) acaba de publicar un manual de buenas prácticas para el sector minorista en el que se critican las restricciones que aplican los estados miembros a las actividades comerciales y su efecto en la integración económica, la competitividad y el desarrollo de tecnologías disruptivas. La comisaria europea de Mercado Interior, Industria, Emprendimiento y PYMES, Elżbieta Bieńkowska, ha señalado que eliminar esas restricciones promovería la competencia y crearía espacio para la innovación que el sector minorista necesita para adaptarse a las nuevas tecnologías. Por eso, Bieńkowska destaca que “el futuro del sector minorista europeo, y de nuestra economía en conjunto, depende de su habilidad para desarrollar modelos de negocio innovadores y para maximizar nuevas oportunidades, como el ecommerce, por ejemplo”. La comisaria europea ha asegurado que “para ello, es necesario un entorno favorable para los negocios y es por eso por lo que ofrecemos asesoramiento a los estados miembros para aplicar de la mejor manera posible la normativa de la UE”. Hay que recordar que el sector minorista es el segundo mayor de la economía comunitaria, que emplea a uno de cada diez europeos e incluye a más de 3,6 millones de empresas. En su análisis, la CE propone avanzar en el cumplimiento de la Directiva Europea de Servicios, para facilitar que los comerciantes accedan al mercado, además de pedir la reducción de restricciones a las operaciones comerciales, como horarios de apertura, impuestos, compra intercomunitaria de productos y modernización de los centros de las ciudades. Repasando los resultados por países, España aparece como el segundo país de la UE con mayor número de restricciones a la actividad comercial, sólo superado por Francia. Mientras nuestra economía restringe en mayor medida los horarios de apertura que la francesa, en el país galo imperan mayores cortapisas a las promociones comerciales y se grava con más tasas la actividad del sector. La Comisión critica especialmente “la acumulación de diferentes y complejos marcos regulatorios a nivel nacional, regional y local”, a la que atribuye un impacto negativo sobre la eficiencia del sector, sus precios y la competencia. Para ello, pone como ejemplo positivo a Bélgica, donde las administraciones regionales han tomado la iniciativa simplificando y equiparando los procesos legales en todo el país. El documento reconoce avances en España en materia de horarios comerciales, aunque con cierta distancia respecto a países como Finlandia, donde se han liberalizado las horas de apertura y cierre. Sin embargo, reconoce los progresos de nuestro país, Italia, Luxemburgo, Bélgica, Francia y otros en mejorar el marco regulatorio comercial.