Muchos y muy complejos son los problemas que acosan a la Eurozona, pero "en aras de la brevedad", el profesor de la Universidad de Nueva York, Nouriel Roubini, destaca que sus principales dificultades son las siguientes: el riesgo de deflación, una tasa de desempleo en el 11,5% y, más importante, en Grecia y España el […]
Dirigentes Digital
| 12 ene 2015
Muchos y muy complejos son los problemas que acosan a la Eurozona, pero "en aras de la brevedad", el profesor de la Universidad de Nueva York, Nouriel Roubini, destaca que sus principales dificultades son las siguientes: el riesgo de deflación, una tasa de desempleo en el 11,5% y, más importante, en Grecia y España el paro roza el 25% (y entre los jóvenes el 50%); finalmente, Italia, una de las economías más importantes, no sólo se encuentra en un "estancamiento económico", sino en una "depresión industrial".
Lo justo, en su opinión, sería decir que la Eurozona se encuentra a un "golpe" de la deflación, "un estado de pesadilla en el que la falta constante de demanda y de crecimiento hacen que los precios bajen. Algunas personas hablan de la ‘japonización‘ de Europa, en referencia al pésimo comportamiento económico de Japón durante los últimos 20 años", explica este experto.
Sin embargo, en la línea de "escaso" (por decirlo de alguna manera) optimismo que la caracteriza, Roubini advierte que "de hecho, los riesgos de Europa son aún peores, pues mientras los japoneses se han estancado, no han sufrido la crisis de deuda que ha azotado a la Eurozona".
Y es que no podemos olvidar que el Banco de Japón (BoJ por sus siglas en inglés) "tiene la flexibilidad y disposición para monetizar la deuda e imprimir dinero. Es mucho más fácil para un banco central independiente rescatar a su país, que para Frankfurt tratar de salvar a las divergentes economías de la Eurozona, donde no hay una única vara de medir".
Así las cosas ¿cuáles son los retos a los que se enfrenta la moneda única? En lugar de "meterse" en las farragosas matemáticas de la región, el profesor de la Universidad de Nueva York esboza las nueve debilidades de la Eurozona al compararla con la situación de EEUU.
En primer lugar, el ascenso de los partidos políticos radicales, tanto de extrema derecha, como de extrema izquierda. Ambos "bandos", recuerda este analista, "aprovecharon las dificultades económicas durante el siglo pasado causando estragos". Mientras, al otro lado del Atlántico, el conocido Tea Party "es más una molestia y un espectáculo político que una amenaza".
Por otra parte, advierte sobre el envejecimiento de la población en Europa. Según The Economist, en los próximos 50 años, las personas en edad de trabajar en la región caerán de forma considerable desde los 300.000 millones alcanzados el año pasado hasta los 265.000 millones. EEUU ha logrado combatir muchos de los retos del envejecimiento gracias a la inmigración, pero éste es un tema controvertido en el Viejo Continente.
Asimismo, la Eurozona es muy susceptible a las crisis externas: "EEUU está rodeada por enormes océanos, con países relativamente estables al norte y al sur. Europa, por otro lado, es sólo una ‘península’ de "Sintro del continente mucho más grande y menos estable de Eurasia. Además, África y Oriente Medio están a un corto salto a través del Mediterráneo".
Mientras, hay mucha menos movilidad laboral (y monetaria) en la Eurozona que en EEUU, ya que "existen barreras culturales entre naciones con miles de años de historia independiente". Es más, existe una tremenda "divergencia" entre países acreedores y prestamistas: "Hay países que tienden a gastar demasiado (Grecia e Italia, por ejemplo) y otros a ahorrar (como Alemania o los Países Bajos), y ambos se hacen daños cuando el flujo de dinero cesa".
En otro orden de cosas, encontramos la respuesta a la "Gran Recesión" por parte de las autoridades. Al otro lado del Atlántico, se llevaron a cabo tres medidas cruciales para arreglar la economía: recapitalizar la banca, inyecciones masivas de liquidez y compras de deuda por parte de la Fed y retrasar las medidas para equilibrar su presupuestos fiscal. Mientras tanto, en la Eurozona, basta con decir que el Banco Central Europeo (BCE) aún debate sobre las adquisiciones de bonos…
Finalmente, Roubini destaca que en la Eurozona no hay unión fiscal, ni bancaria ni política, con lazos tan fuertes como en EEUU. "Si Europa quiere evitar convertirse en la Florida del mundo (llena de turistas y jubilados) debe considerar urgentemente reformas radicales. Estos nueve puntos son dignos de una acción seria por parte de los políticos. Y deben estar en la mente de los inversores que estén considerando tomar riesgos" en la región.