El banco de Inglaterra lleva la delantera en Europa en este sentido, comprometiéndose a probar la capacidad de su industria de fondos de inversión. Y la SEC también está trabajando en distintas normas para que aquellas gestoras con más de 10.000 millones de euros en activos bajo gestión se sometan a lo que serían los […]
Dirigentes Digital
| 16 feb 2016
El banco de Inglaterra lleva la delantera en Europa en este sentido, comprometiéndose a probar la capacidad de su industria de fondos de inversión. Y la SEC también está trabajando en distintas normas para que aquellas gestoras con más de 10.000 millones de euros en activos bajo gestión se sometan a lo que serían los estrés test del sector.
Bajo esta premisa, BlackRock ya ha lanzado la primera negativa, al considerar que la medida no serviría de nada a no ser que esas pruebas de estrés se realizaran producto por producto, en vez de gestora por gestora como mantienen los reguladores. Un proceso tremendamente complejo, que, sin embargo, sería la única salida a juicio de la firma. "Si solo tomas una parte del sistema, habrás perdido la dinámica de cómo funciona el mercado", explica un directivo de la compañía en una reciente entrevista con Reuters.
Las dudas de los reguladores sobre el sector rodean sobre todo al mercado de renta fija, después de los problemas de liquidez que se han visto en ciertos segmentos en los últimos meses. El pasado año, incluso el Fondo Monetario Internacional (FMI) alertaba sobre el crecimiento de los fondos de deuda y el peligro de sus estrategias sobre activos menos líquidos en busca de una mayor rentabilidad. Una situación que podría desencadenar graves problemas en momentos de pánico, en los que la irracionalidad del mercado desata las ventas en una especie de efecto dominó casi imparable.
En aquel momento, la institución apostaba por vigilar más al sector, y ya se hablaba de incluir test de estrés similares a los realizados por la banca. Desde BlackRock recuerdan ahora que, en lo que a mercados de deuda se refiere, un total de 34 billones de dólares en activos de deuda estadounidense está en manos de inversores que no pertenecen a la industria de fondos de inversión (mutual funds), como aseguradoras, fondos de pensiones, etc, explicando que la cifra se limita a 5 billones de dólares en el caso de los fondos de inversión y los ETFs.
Otra de las críticas que se argumentan desde la industria es que parte de la ‘culpa’ de esa falta de liquidez en algunos activos, es precisamente la avalancha regulatoria, que ha provocado la salida del mercado de grandes ‘market movers’ como la banca de inversión.
También el pasado año, el regulador estadounidense (SEC), propuso nuevos requisitos de información para las gestoras de fondos y asesores financieros, que tendrían que hacer frente a detallados informes mensuales que permitan al organismo evaluar posibles riesgos sistémicos. Los nuevos informes se remitirían a la SEC de forma mensual. Sin embargo, la industria de fondos de inversión ha expresado su malestar por la obligatoriedad de hacer pública tanta información y de una forma tan periódica. En respuesta, la SEC propuso que la información solo se haría pública en el tercer mes de cada trimestre.
La propuesta se enmarca dentro de la nueva regulación a la que la industria de gestión de activos estadounidense tendrá que hacer frente a partir de octubre de 2016. Entre los aspectos más destacados de la norma se encuentra el cambio en el valor liquidativo de los activos de los fondos monetarios destinados a los inversores institucionales, que hasta ahora se mantenía en 1 dólar de manera estable. A partir de esa fecha, estos productos tendrán que aplicar un NAV variable, con lo que este dependerá del precio del mercado de sus títulos.