Según los últimos datos hechos públicos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el mes de febrero y correspondientes al tercer trimestre de 2014, el ahorro de los hogares (e instituciones sin ánimo de lucro) españolas se situó en dicho periodo en el 4,4% de su renta disponible, frente al 6,2% del año anterior. […]
Dirigentes Digital
| 27 mar 2015
Según los últimos datos hechos públicos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el mes de febrero y correspondientes al tercer trimestre de 2014, el ahorro de los hogares (e instituciones sin ánimo de lucro) españolas se situó en dicho periodo en el 4,4% de su renta disponible, frente al 6,2% del año anterior. Se trata del nivel más bajo en dichos tres meses desde 2007.
Así, el ahorro bruto se cifró en el tercer trimestre en 7.131 millones de euros, frente a los 9.879 millones del mismo periodo de 2013. ¿Ve el consumidor español la luz al final del túnel? La visibilidad, por el momento, no es nada clara, aunque lo cierto es que la macroeconomía acompaña. El Banco de España (BdE) ha mejorado en ocho décimas, hasta el 2,8%, sus previsiones de crecimiento para 2015. Sin embargo, una de las lecciones que nos ha dejado esta crisis, sino la más importante, es que debemos ser prudentes con el uso que damos a nuestro dinero.
En este sentido, desde Self Bank destacan que "ahorrar no es solamente guardar dinero sin tener conocimiento de cuánto hay, también se debe tener conciencia de qué cantidad se gasta y en qué se emplea este dinero". Y es que, subrayan: "El ahorro comienza teniendo el control de las cuentas y sabiendo en qué empleamos cada euro".
Para ello, la entidad considera que hay tres recomendaciones básicas que nos ayudarán a "atar en corto" nuestros gastos. En primer lugar, afirma que "el hábito del ahorro debe iniciarse con la toma de conciencia de la unidad económica, bien sea esta unipersonal o una familia numerosa. Es necesario conocer cuánto dinero se ingresa y desde este punto adaptar el gasto a las posibilidades. Una asimilación que debe pasar por cada uno de los miembros de la unidad familiar".
Después, ya "conscientes"de cuál es nuestra economía, se deben analizar de forma pormenorizada los gastos y los ingresos. Por ejemplo, "una buena opción es utilizar una hoja de cálculo, una herramienta muy útil, ya que permite hacer un listado de conceptos y cantidades que se sumarán a final de mes. No es un programa difícil de utilizar e, incluso, en Internet se pueden encontrar numerosos modelos para llevar las cuentas familiares".
Por otra parte, ya existen aplicaciones o programas específicos para ayudar a gastar menos o hacerlo de manera más eficientes, permitiendo identificar los pagos, localizarlos y clasificarlos. "En Self Bank existe un programa de estas características que permite categorizar los gastos y recibos e incluso ponerles etiquetas personalizadas para llevar un control exhaustivo de las cuentas, ya que este es el primer paso para mejorar la gestión del dinero y ahorrar", explica Victoria Torre, responsable de Desarrollo de Contenidos, Productos y Servicios del banco. Pero esta no es la única herramienta disponible para este fin, en el mercado hay variedad de aplicaciones que sirven como programa contable. Es cuestión de buscar y elegir la que más se adapte a las necesidades.
Finalmente, el último paso "sería crearse una disciplina para conocer en qué se emplea cada euro". Se debe tratar de apuntar todo o, al menos, intentar recopilar toda las información sobre nuestros gastos. Su consejo es "guardar los recibos de todos aquellos gastos realizados y al final de semana o del mes introducir esa información en la hoja de control".
Sabremos así cuánto hemos gastado, podremos hacer una clasificación de nuestro consumo (quizá en obligatorio/necesario, recomendable y prescindible) y conocer los excesos que hemos realizado para tratar de corregirlos.