Según la nueva encuesta de la firma, más de tres de cada cinco inversores institucionales (62%) aseguran estar buscando alternativas a la exposición al mercado de bonos tradicional. El estudio refleja además cómo la mitad de los encuestados consideran que los bonos ya no ofrecen la misma protección a las carteras como lo hacían en […]
Dirigentes Digital
| 30 nov 2015
Según la nueva encuesta de la firma, más de tres de cada cinco inversores institucionales (62%) aseguran estar buscando alternativas a la exposición al mercado de bonos tradicional. El estudio refleja además cómo la mitad de los encuestados consideran que los bonos ya no ofrecen la misma protección a las carteras como lo hacían en el pasado. Es decir. Han dejado de ser uno de los activos refugio por excelencia.
Por este motivo, el 35% de los inversores estaría dispuesto a sacrificar un tercio de la rentabilidad en su portfolio a cambio de lograr una protección frente a las caídas. Solo un 11% de los consultados aseguró que no sacrificaría nada de rentabilidad para protegerse de las caídas.
Para los expertos de la firma, los inversores que quieran hacer frente al nuevo ciclo en los tipos de interés, deben dejar a un lado la renta fija tradicional para buscar nuevas alternativas en este segmento. Entre otras, insisten en activos como los bonos convertibles. "Proporcionan cerca de un 90% de correlación con la renta variable y del 60% con el high yield", indican desde la entidad, explicando que los inversores tienen acceso con estos activos "a la renta variable con la mitad de volatilidad". A su juicio, para conseguir una correcta rentabilidad ajustada al riesgo, la exposición a convertibles debería oscilar entre el 3% y el 10% de las carteras.
Bucear dentro de la renta fija corporativa puede ser otra opción para los inversores que busquen más allá de los mercados tradicionales. En un reciente informe, los expertos de Bank of America Merrill Lynch explicaban cómo desde principios de junio, los flujos de fondos en Europa sugieren que la "Gran Rotación" sigue su curso, asegurando que hasta finales de octubre, y de media, algo menos de 2.000 millones dejaban el crédito cada semana, mientras que poco más de 2.000 millones desembarcaban en la renta variable.
El "QE simplemente puede estar destacando que los mejores ‘bonos’ para los inversores son en realidad acciones por la rentabilidad", explicaban entonces los expertos. Con todo, durante el movimiento de octubre la parte larga de la curva del mercado de crédito en euros se quedó retrasada, pues los temores existentes sobre las emisiones de Reverse Yankee (deuda estadounidense emitida en otra divisa que no es el dólar) frenaron las rentabilidades en la deuda a largo plazo durante los últimos meses. Así, "creemos que los bonos corporativos a diez o 15 años parecen ahora baratos", insisten los expertos.