Frente a esta cifra, los datos reflejan cómo los inversores no residentes aumentaron sus posiciones en deuda española, tanto pública como privada, en un 8,8%, superando los 582.000 millones de euros al cierre del año. "La escasa rentabilidad de los activos de renta fija restan atractivo a los bonos públicos y privados. La inversión institucional […]
Dirigentes Digital
| 19 feb 2016
Frente a esta cifra, los datos reflejan cómo los inversores no residentes aumentaron sus posiciones en deuda española, tanto pública como privada, en un 8,8%, superando los 582.000 millones de euros al cierre del año.
"La escasa rentabilidad de los activos de renta fija restan atractivo a los bonos públicos y privados. La inversión institucional se orientará hacia los bonos de alto rendimiento, emitidos por compañías de cierta calidad crediticia", explican desde Bolsas y Mercados Españoles (BME).
Y es que el efecto de las medidas implementadas por el Banco Central Europeo (BCE), fue directo e inmediato desde su anuncio sobre las rentabilidades de la deuda pública, llevando algunos plazos de la curva hasta tipos negativos en varios de los países de la Eurozona.
Desde BME recuerdan cómo a ello se sumó un débil escenario macroeconómico, que vino a perturbar la tendencia bajista de las rentabilidades a partir de mayo, iniciando un periodo de gran volatilidad. "La continuada caída de los precios del petróleo y la rebaja en las expectativas de crecimiento de China y su repercusión en el crecimiento de los países emergentes provocó oscilaciones en las rentabilidades de los bonos. A todo ello se unió la crisis en Grecia y las dudas sobre la estabilidad del euro", indican.
Esta baja rentabilidad en la deuda pública, negativa o nula en los plazos cortos, "ha expulsado del mercado a los inversores particulares", indican, insistiendo en que "las emisiones son suscritas en el mercado primario exclusivamente por un número reducido de inversores institucionales, que mantienen sus carteras a vencimiento".
Los expertos consdieran que el exceso de liquidez en el sistema es un factor adicional que explica la disminución de los volúmenes contratados al haberse reducido considerablemente la necesidad de contratar repos por parte de las entidades financieras.
De hecho, la unidad de Renta Fija de BME (que agrupa el Mercado AIAF, SENAF, Bolsas y MARF) alcanzó un volumen negociado en ascendió a 623.722 millones de euros, lo que significa un descenso del 48,6%, con relación al año anterior.
La plataforma SEND también se ha visto afectada por la ausencia de nuevas emisiones destinadas al inversor particular, disminuyendo en un 56,4% el volumen contratado. Mientras, la plataforma mayorista de deuda pública SENAF, donde operan los creadores de mercado, redujo su volumen negociado en un 3,3% y en un 24,7% sus operaciones.
La nota positiva la puso el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF) con crecimiento de todas sus cifras y consolidándose como una herramienta imprescindible para las empresas que deseen diversificar sus fuentes de financiación. El volumen de las nuevas emisiones incorporadas al MARF creció un 70%, hasta los 831 millones de euros.
"Transcurridos dos años desde su lanzamiento, el MARF ha superado los 1.370 millones de euros en emisiones de empresas y alcanza un saldo en circulación de 1.029 millones de euros a finales de diciembre de 2015, duplicando al del año anterior", indican desde BME.
En concreto, un total de 20 compañías han emitido individualmente y más de 100 empresas se han financiado mediante la agrupación de facturas a través de bonos de titulización.