El aumento del consumo privado estará impulsado por la baja inflación, las condiciones favorables de crédito y una buena situación del empleo.
Las exportaciones continuarán siendo el principal lastre del crecimiento, debido a un aumento modesto de la demanda, especialmente la que proviene de China, y a los bajos precios de los productos lácteos. La deuda pública es baja, por debajo del 60% del PIB.
El equilibrio presupuestario está controlado, y se encuentra en situación de superávit desde 2015, aunque se espera un déficit (pequeño) en 2016. Esto se debe a la política del gobierno para impulsar la economía.
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