Existe un acuerdo unilateral que en un par de semanas nadie va a recordar o entender, ya que es demasiado complicado y sin ningún tipo de cambios realmente fundamentales. Lo que también ha quedado claro es que se librará la batalla "de entrada o salida" de la Unión Europea (UE) y que Cameron es un […]
Dirigentes Digital
| 23 feb 2016
Existe un acuerdo unilateral que en un par de semanas nadie va a recordar o entender, ya que es demasiado complicado y sin ningún tipo de cambios realmente fundamentales. Lo que también ha quedado claro es que se librará la batalla "de entrada o salida" de la Unión Europea (UE) y que Cameron es un jugador de campaña lo suficientemente fuerte para hacer una diferencia subyacente en el incierto futuro.
Si Cameron pierde, estará fuera de la oficina (aunque él afirma que permanecerá…): el 50% de los parlamentarios ya están alineados con un "No" y será imposible para él liderar a los conservadores después de un "No", sobre todo después de que Boris Johnson se haya unido al bando "de salida" en el último momento (¿movimiento estratégico o condena?).
Cameron, por su parte, cuenta con el apoyo de las principales compañías y de 50 de los 100 CEOs que integran el índice británico Ftse 100. El 23 de junio, fecha en la que se celebrará el referéndum, será un gran reto no sólo para Reino Unido sino también para Europa.
Dudo que los mercados vayan a encontrar consuelo en las encuestas de opinión, o incluso en la retórica de Cameron o la UE. El hecho de que Cameron no haya conseguido ninguna reforma no va a importar el 23 de junio – lo que importa es cómo la UE intenta "convencer" y cómo el bando de salida es capaz de presentar su agenda populista. Ya hemos oído a mandos experimentados en el populismo como Marine Le Pen y Geert Wilders, en Holanda, que hablan de la "necesidad de que ellos también puedan votar en la UE".
Si Reino Unido vota No, veremos un derrumbe de la Unión Europea, el abandono de la ley común y la igualdad de trato quedará a la vista de todos. Sin olvidar a Grecia y las violaciones de los criterios de Maastricht, la unión bancaria, la acción del BCE, etc. Ahora el momento clave será junio, la época va a ser muy complicada para Europa ya que el Banco Central Europeo estará en modo pánico total ante la inflación, los refugiados fluirán por las fronteras y la canciller alemana Angela Merkel no habrá estado antes tan débil como ahora.
En el peor de los casos, llegará octubre de 2016, Merkel y Cameron estarán fuera del poder, mientras Marine Le Pen estará al frente de las encuestas electorales francesas y Europa se cerrará sobre sí misma.
Este no es mi objetivo ideal, pero la política europea está recogiendo de forma muy rápida décadas de falta de reformas, por lo que la desobediencia se situará en los primeros puestos de interés. Sin embargo, dudo que el Reino Unido vaya a cortar por completo. La historia tiende a favorecer que no haya cambios en este tipo de votos, pero es evidente que la situación de los refugiados se convierte en un problema cada vez más grande y podría crear una salida "natural" para el Reino Unido.
Dentro del mercado de divisas, la libra esterlina ha sufrido una fuerte caída como consecuencia del resultado de la cumbre del viernes y el temor a que el Brexit se haya hecho más probable por el famoso conservador Boris Johnson, quien se ha posicionado a favor de salir de la Unión Europea en el referéndum de junio. El cable libra-dólar (GBPUSD) cayó con fuerza y tocó su nivel más bajo desde los terribles días de principios de 2009 y la crisis financiera global. Por su parte, el euro-libra (EURGBP) ha mostrado algo más de fuerza alcista, pero el mercado decidió que tal vez un escenario Brexit también es negativo para el euro y la moneda europea ha sido la más débil en los cruces.
Tanto a Main Street como a Wall Street no les gustan los cambios, y estamos apunto de ver uno de los mayores cambios de la historia.
Steen Jakobsen, economista jefe de Saxo Bank.