Después de ver caer a Abengoa, un empresa del Ibex, los inversores ya no deberían sorprenderse de nada. Y más teniendo en cuenta el elevado endeudamiento de muchas grandes empresas nacionales. La cifra de deuda total de las compañías no financieras del Ibex es tan escandalosa que supone la mitad de los 400.000 millones de […]
Dirigentes Digital
| 07 dic 2015
Después de ver caer a Abengoa, un empresa del Ibex, los inversores ya no deberían sorprenderse de nada. Y más teniendo en cuenta el elevado endeudamiento de muchas grandes empresas nacionales. La cifra de deuda total de las compañías no financieras del Ibex es tan escandalosa que supone la mitad de los 400.000 millones de euros que ronda el valor bursátil de estas empresas.
De hecho, algunas compañías como OHL, FCC o Acciona deben más de lo que valen en el mercado. Las dos primeras han llevado a cabo ampliaciones de capital con el objetivo, entre otros, de reducir esa deuda. OHL, por ejemplo, vale en Bolsa unos 1.800 millones. Y su deuda financiera supera los 5.800 millones de euros. FCC, por su parte, vale unos 1.600 millones en el mercado, y su deuda financiera neta superaba los 5.700 millones a cierre de septiembre.
Otro de los ejemplos de gigantes en apuros es ACS. La compañía presidida por Florentino Pérez ha reducido notablemente su deuda este año hasta los 3.880 millones de euros, lo que supone un descenso cercano al 34%. Pero cuidado. La sombra de la sospecha rodea a la compañía desde que un hedge fund de la City londinense haya puesto en cuestión sus cuentas, asegurando que las exagera, que oculta pasivo y que hay problemas de gobernanza. Por si fuera poco, en los corrillos financieros se conoce ya a su filial de renovables, Saeta Yield, como "la próxima Abengoa".
¿Habrá más ‘Abengoas’ escondidas en el mercado?
El tiempo lo dirá. Pero mientras tanto, los expertos aconsejan a los inversores no alarmarse ante eventos como el preconcurso de acreedores solicitado por Abengoa. "Que en momentos concretos ocurran casos como este es normal en los mercados Lo de Abengoa es normal en los mercados", indica Miguel Ángel García Bernal desde el IEB, insistiendo por ello en la necesidad de contar con una cartera muy diversificada.
"Si yo hago una cartera y diversifico entre muchos emisores, lo estoy haciendo porque sé que en esa cartera puede ocurrir un evento de crédito", explica, asegurando que "los gestores se tienen que acostumbrar a que en España no tenemos la cultura de gestionar el rating, y hay que empezar a hacerlo".
Jaime Díez, analista de XTB, explica que "la desagradable situación de Abengoa está sirviendo, por lo menos, para poner en el foco de atención el elevado endeudamiento de las compañías privadas".
El experto recuerda que, antes que juzgar a una empresa por su nivel de deuda, hay que poner esta en contexto, entendiendo que la valoración sobre su viabilidad depende de varios factores. "Una deuda puede parecer inviable en comparación con sus recursos propios, pero completamente viable por los resultados o por la calidad de los activos, por lo tanto es complicado estimar hasta qué punto son viables o no las deudas salvo en los casos donde el endeudamiento es excesivo y además la compañía no gana dinero", indica Díez.
En este último grupo, el experto apunta a un pequeño grupo de acciones que podrían plantear problemas en el futuro si no son capaces de mejorar sus cuentas anuales. "Sacyr, OHL, FCC, ArcelorMittal son aquellas cuya deuda supera notablemente su capitalización bursátil. De estas cuatro compañías, ArcelorMittal y FCC son quienes no consiguieron beneficios en el último trimestre y hacen más peligrosa su situación de endeudamiento", insiste. "El caso de Sacyr y OHL es ligeramente distinto, pero igualmente peligroso, ya que aunque han entrado en ganancias en las últimas cuentas, sigue siendo necesaria una reducción importante de deuda para que no existan problemas de impago si volviéramos a tener un periodo contractivo en la economía", asegura.
A su juicio, la clave para estas compañías está en obtener beneficios regulares "para que el endeudamiento no sea un problema", recordando que "el mercado permite unos niveles de apalancamiento elevados siempre que los flujos de caja sean constantes".