A la hora de mirar hacia el otro lado del Atlántico, debemos tener presente que el mercado neoyorquino (y la economía del país en general) ha avanzado mucho más camino que el europeo, en gran parte gracias a las inyecciones de liquidez de la Reserva Federal (Fed). Pero, al contrario que la autoridad monetaria de […]
Dirigentes Digital
| 23 ene 2015
A la hora de mirar hacia el otro lado del Atlántico, debemos tener presente que el mercado neoyorquino (y la economía del país en general) ha avanzado mucho más camino que el europeo, en gran parte gracias a las inyecciones de liquidez de la Reserva Federal (Fed). Pero, al contrario que la autoridad monetaria de la Eurozona, el banco central estadounidense quiere comenzar a implementar la estrategia de salida de sus políticas acomodaticias.
La Fed ya puso fin en 2014 a su programa de compra de activos y ahora el mercado especula con la cuestión de cuándo se producirá primera subida de tipos de interés. En cualquier caso, sus movimientos serán lentos y muy cuidados y el consenso apunta a que no dará el paso de aumentar el precio del dinero antes del segundo semestre.
Con todo, ya hay algunos analistas que no descartan que Janet Yellen opte por no subir los tipos. Steen Jakobsen, economista jefe de Saxo Bank, es uno de ellos, pues cree que "el potencial de crecimiento de Estados Unidos no se va a cumplir". Por su parte, Bankinter considera que "es probable que la reciente caída brusca del petróleo y la incertidumbre política en la Eurozona fuercen la suavización o incluso posposición de cualquier repunte… conviene no descartar esto".
En este contexto, las apuestas de los inversores internacionales consultados por Bloomberg (los días 14 y 15 de enero para su "Bloomberg Global Poll") por Wall Street alcanzaron su nivel más alto en más de cinco años, ya que Estados Unidos es visto como el alumno aventajado en una economía global debilitada.
Concretamente, el 54% de los profesionales preguntados afirmaron que la bolsa neoyorquina será una de las que ofrezcan los mejores rendimientos en 2015. Un porcentaje que supone un salto de cinco puntos respecto al dato de noviembre y la mayor valoración para cualquier país desde que comenzara a plantearse esta cuestión en octubre de 2009.
De hecho, la mayor parte de los encuestados prevé que el S&P 500 suba durante los próximos seis meses, y sólo una cuarta parte estima que caerá. A elaborar sus previsiones para este ejercicio, los analistas de Bank of America Merrill Lynch apuntaban a que el principal índice bursátil del mundo subirá hasta los 2.200 puntos. El bróker estadounidense auguraba una rentabilidad en el entorno del 6%, en línea con una modesta desaceleración del crecimiento de las ganancias".
Parecido potencial le otorga Diego Jiménez-Albarracín, responsable de renta variable del centro de inversiones de Deutsche Bank en España, cuya apuesta principal de inversión para 2015 es Wall Street. "Los sólidos fundamentales en Estados Unidos y la fortaleza del dólar permitirán ofrecer atractivas rentabilidades" al mercado neoyorquino.
"Wall Street está en máximos históricos y se mantienen las entradas de flujos en este mercado, lo que se traduce en buenas oportunidades para tomar posiciones durante este ejercicio", subraya este experto. La firma cree que el S&P 500 repuntará hasta los 2.150 puntos, y recomienda la exposición al sector financiero, el farmacéutico y el "Internet de las cosas, es decir, las compañías dedicadas a que la Red sea un negocio".
Por su parte, Fidelity destacaba que el mercado alcista de Wall Street aún tiene recorrido, gracias a una macro que acompaña, las buenas perspectivas de beneficios empresariales y la tendencia al alza del dólar. Así, JP Morgan Asset Management coincide al destacar que la renta variable estadounidense "todavía tiene margen para crecer en base a un incremento sólido de los beneficios, valoraciones todavía atractivas en comparación con el efectivo y los bonos y asignaciones en efectivo de los inversores desproporcionadas que deberían seguir fluyendo hacia los activos de riesgo".