En sus últimas previsiones trimestrales, la firma ha decidido reducir sus perspectivas de rentabilidad para los próximos cinco años, en particular para los activos de renta fija, y con la base de un crecimiento económico moderado y un aumento de las valoraciones. "Muchas de nuestras hipótesis de rentabilidad se sitúan ahora cerca o incluso en […]
Dirigentes Digital
| 21 abr 2016
En sus últimas previsiones trimestrales, la firma ha decidido reducir sus perspectivas de rentabilidad para los próximos cinco años, en particular para los activos de renta fija, y con la base de un crecimiento económico moderado y un aumento de las valoraciones.
"Muchas de nuestras hipótesis de rentabilidad se sitúan ahora cerca o incluso en los niveles mínimos posteriores a la crisis, y muchas de ellas están por debajo de su media histórica. Éstas reflejan las elevadas valoraciones actuales y el menor crecimiento global durante los próximos cinco años, en línea con una recuperación larga y lenta en EEUU", indica Turnill.
En su análisis sobre la situación actual del mercado, el experto explica que para una cartera global compuesta en un 60% por renta variable y 40% renta fija, el rendimiento anual se limita al 3,3% en dólares antes de inflación para ese periodo de cinco años. "Es probable que la generación de rentabilidad sea particularmente difícil para los inversores en activos estadounidenses", advierte Turnill.
De hecho, los expertos estiman una rentabilidad anual inferior al 3% para una cartera de activos estadounidenses 60%-40%, e inferior al 1% después de la inflación. "Los rendimientos negativos podrían ser también más generalizados, ante unos tipos de que se mueven en el entorno del 0%", indica el experto, asegurando que "esperamos rentabilidades negativas para los próximos cinco años en activos como la deuda soberana estadounidense a largo plazo y los bonos de la Zona Euro".
El experto considera que esta clase de activos deben mantener su papel como elementos diversificadores de las carteras, pero advierte que "el precio de esa diversificación va en aumento".
Desde la firma también observan una mayor brecha entre las perspectivas de rentabilidad para los activos seguros y los de riesgo, "que se refleja en mayores retornos esperados para la renta variable frente a los bonos y para las Bolsas fuera de EEUU".
Bajo este escenario, Turnill apuesta por diversificar carteras a través de activos alternativos, a pesar de reconocer que estas categorías se verán impactadas por una mayor volatilidad e iliquidez. "Creemos que los activos reales pueden ofrecer beneficios para diversificar", insiste.
A su juicio, "la generación de una mayor rentabilidad en el largo plazo implica la aceptación de una mayor volatilidad o riesgo de iliquidez".