"La búsqueda de rentas resulta ahora más difícil a medida que las tires de los bonos caen hasta mínimos históricos. Los inversores pueden encontrar oportunidades de rentas adoptando un enfoque global e invirtiendo en diferentes clases de activos", indican los expertos de JP Morgan AM. Según explican desde la firma, desde 2010 cerca del 20% […]
Dirigentes Digital
| 22 abr 2016
"La búsqueda de rentas resulta ahora más difícil a medida que las tires de los bonos caen hasta mínimos históricos. Los inversores pueden encontrar oportunidades de rentas adoptando un enfoque global e invirtiendo en diferentes clases de activos", indican los expertos de JP Morgan AM.
Según explican desde la firma, desde 2010 cerca del 20% de la rentabilidad total en la renta variable vino de los dividendos. "Es de esperar que ese porcentaje aumente de manera significativa", aseguran, coincidiendo con un reciente análisis de Morningstar que demuestra que en los últimos 10, 20 o incluso 30 años la rentabilidad por dividendo de un índice como el S&P 500 se ha situado en torno al 2% anual.
"Esta observación nos lleva a una conclusión práctica muy interesante: en un contexto de bajo crecimiento y bajas rentabilidades como el que probablemente viviremos en el futuro próximo, los dividendos serán una parte importante de la rentabilidad final".
Así, los expertos han calculado la diferencia entre la rentabilidad total (es decir, con dividendos reinvertidos) y la rentabilidad de precios para los mayores índices bursátiles del mundo en los últimos doce meses. Y estos son los resultados:
Los expertos tienen claro que la caída de ingresos en ciertos sectores puede mermar el reparto de rentas entre los accionistas. Especialmente en la industria energética, que ya se ha visto obligada a rebajar o incluso suprimir su ‘generosidad’ con los partícipes ante el impacto en sus cuentas de la caída de los precios de las materias primas.
De hecho, según cálculos de Fidelity, hace más de veinte años, en 1995, las empresas reinvertían 3,80 dólares por cada dólar que repartían a sus accionistas. En 2014, esta cifra había caído hasta apenas 1,70 dólares"
Sin embargo, y aunque es probable que las rentabilidades sean inferiores a las del pasado, desde JP Morgan AM aseguran que "la diferencia entre la rentabilidad por dividendo media en la renta variable y la tir de los bonos gubernamentales a 10 años demuestra que la renta variable sigue siendo atractiva en comparación con los bonos por su capacidad para generar rentas".
Tal y como Alex Crooke, director del equipo de Global Equity Income de Henderson Global Investors, el año 2015 puso de manifiesto la importancia de los dividendos como catalizador de la rentabilidad total del accionista, "ya que las rentas periódicas compensaron casi totalmente la caída de las acciones de los inversores". A su juicio, la reciente volatilidad de los mercados de renta variable subraya el valor continuado de las rentas periódicas como fuente de rentabilidad. "Invertir a escala mundial resulta beneficioso, ya que mantener una amplia gama de títulos en diferentes países y sectores atenúa los riesgos a largo plazo".
Eso sí. Los expertos advierten que hay que ser selectivos. Y apostar por aquellas compañías con dividendos constantes y sostenibles, apartándose de las grandes promesas de retornos de firmas que puedan tener problemas en el futuro cercano.
"En general, mantenemos una visión positiva sobre las previsiones de crecimiento de los dividendos a lo largo de este año, si bien es probable que los sectores vulnerables al descenso de los precios de las materias primas recorten sus pagos a accionistas", indica Crooke.