Los militantes suníes de línea dura mataron a al menos 232 personas el miércoles, incluyendo a 190 ex miembros de las fuerzas de seguridad iraquíes y a 40 civiles que se rehusaron a obedecer sus órdenes, dijo la portavoz de derechos humanos de la ONU, Ravina Shamdasani, en una conferencia de prensa. «Reportes creíbles sugieren que Estado Islámico ha estado forzando a decenas de miles de personas a dejar sus casas en sectores aledaños a Mosul y han reubicado a numerosos civiles dentro de la ciudad desde que el 17 de octubre comenzó la operación para restaurar el control del Gobierno en Mosul», dijo Shamdasani. Casi 8.000 familias han sido secuestradas de sus hogares en sectores suburbanos, aseveró. «La cobarde estrategia del Estado Islámico es un intento por usar la presencia de rehenes civiles para dejar ciertos puntos, áreas o bastiones inmunes de las operaciones militares, usando efectivamente a decenas de miles de mujeres, hombres y niños como escudos humanos», declaró Shamdasani. «Muchos de los que se negaron a obedecer fueron asesinados en el lugar», añadió. Grupos paramilitares chiíes de Irak se están preparando para lanzar una ofensiva contra las posiciones del Estado Islámico al oeste de Mosul, asistiendo en la campaña militar para recuperar la ciudad, dijo el viernes un portavoz, informa Reuters. El Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, Zeid Ra’ad al-Hussein, ha expresado su preocupación por reportes de que algunos individuos en zonas del sur de Mosul se han «embarcado en matanzas y han afirmado en televisión que habrá una venganza ‘ojo por ojo’ en contra de quienes colaboraron con el Estado Islámico», dijo Shamdasani.
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