Bajo el título "Global Aging 2016: 58 Shades Of Gray" ("Envejecimiento global: 58 sombras de gris"), jugando con la famosa trilogía "Cincuenta sombras de Grey", la firma recoge las implicaciones del aumento del número de ancianos en las calificaciones de crédito de 58 economías de todo el mundo. Desde 2013, comienza, cuando elaboraron el último […]
Dirigentes Digital
| 09 may 2016
Bajo el título "Global Aging 2016: 58 Shades Of Gray" ("Envejecimiento global: 58 sombras de gris"), jugando con la famosa trilogía "Cincuenta sombras de Grey", la firma recoge las implicaciones del aumento del número de ancianos en las calificaciones de crédito de 58 economías de todo el mundo.
Desde 2013, comienza, cuando elaboraron el último research en este sentido, muchos países han implementado cambios estructurales en su sistema de seguridad social. Esto, junto con las mejoras presupuestarias llevadas a cabo desde el inicio de la crisis financiera en 2008/2009, sugiere que si se sigue esta senda, "los cambios deben contribuir poco a poco a mejorar las perspectivas de sostenibilidad fiscal a largo plazo".
Ahora bien, estos expertos reconocen que "la relativamente frágil recuperación económica de los países desarrollados, especialmente en Europa, dificulta estos esfuerzos". Y es que, explican, por un lado los gobiernos necesitan frenar el gasto público en pensiones y asistencia sanitaria para contener los riesgos financieros que legan de la mano de la oleada de la tercera edad. Pero, al mismo tiempo, deben mantener un nivel de prestaciones adecuado para prevenir un aumento del riesgo de pobreza entre los jubilados.
"El aumento sustancial de los costes sanitarios y de atención a largo plazo, junto con la erosión del poder adquisitivo de las pensiones podría ampliar la desigualdad, lo que a su vez podría perjudicar las perspectivas de crecimiento económico a largo", explican.
En este sentido, consideran que "serán necesarias nuevas medidas políticas, en especial para reducir el gasto sanitario y de cuidado". Y, alertan: "La racionalización de los sistemas de seguridad social pueden, si se llevan a cabo rápidamente, extender el impacto y la carga de las medidas de ajuste más impopulares."
Por otra parte, llama la atención que han observado como en algunos emergentes la necesidad de alterar las trayectorias presupuestarias accionadas demográficamente es igual de apremiante que en los países desarrollados.
Finalmente, apuntan, "sin medidas políticas para hacer frente al envejecimiento de la población, la deuda neta media de las economías avanzadas se elevará al 131% del PIB para 2050, y al 136% en los emergentes".
Invertir en ‘el gris’
Recordemos que según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para 2050 las personas con más de 60 años alcanzarán los 2.000 millones, o lo que es lo mismo superarán el 20% de la población mundial. De hecho, el envejecimiento de la población se ha convertido en una de las megatendencias clave a explotar por parte de gestoras y fondos de inversión.
Tal y como indica Clément Maclou, cogestor del fondo CPR Silver Age de Amundi, es una "de las pocas temáticas no cíclicas y permanentes y, por ello, un enfoque para inversores buy and hold" (que apuestan por la estrategia de ‘comprar y mantener’).
Mientras, desde Fidelity coinciden al afirmar que "las estrategias de inversión que fusionan la comprensión de los motores demográficos y el análisis fundamental de las empresas pueden desarrollar perspectivas sólidas sobre la rentabilidad empresarial a largo plazo que van más allá del cortoplacismo del mercado".
Y Andbank añade que invertir en megatendencias también "facilita el acceso a temas relativamente independientes del ciclo económico, que amplían los criterios de diversificación, capitalizaciones y estilos. Recompensa con horizonte de largo plazo, porque capitaliza tendencias seculares".