No bajar la guardia

El pacto nuclear entre las principales potencias mundiales e Irán, así como el acuerdo entre la Unión Europea y Grecia han parecido calmar a los mercados, aunque no debemos olvidar que los factores geopolíticos siempre implican un riesgo y, por tanto, debemos mantener la alerta ante posibles cambios que puedan producirse.

Por una parte, Grecia ha utilizado el crédito urgente de 7.000 millones de euros para hacer frente a sus pagos pendientes con el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), y necesitará otros 5.000 millones en agosto si quiere seguir cumpliendo con sus obligaciones. Si no llegan esos fondos, estaremos en las mismas que hace unos meses.

Y, por otra, los expertos ya han pedido precaución sobre el acuerdo del denominado 5+1 e Irán, alertando de la ‘letra pequeña’ de un pacto que se puede echar por tierra si sus resultados no convencen.

El escenario geopolítico ha concentrado toda la atención política, económica y mediática durante los últimos meses, pero ya va siendo hora de atender a las preocupaciones de los economistas. Ya lo decíamos nosotros hace 12 años, en el editorial de la revista Dirigentes de mayo de 2003 titulada "Vuelta a la cruda realidad".

En aquella tribuna de opinión ya advertíamos que debemos centrarnos en cómo se llevará a la práctica la supuesta recuperación económica de la que alardean todos los políticos y "cuándo y cómo se instaurará el nuevo clima en la gestión de los negocios para superar la crisis de confianza originada por los manejos contables".

Por mucho que los políticos quieran irse tranquilos de vacaciones vendiendo a los ciudadanos una imagen manipulada de estabilidad, el escenario económico no es tan bueno como lo pintan. Esta situación se remonta a la que vivimos hace una década, y que ya apuntábamos en nuestro editorial de 2012: "Las principales economías, norteamericana y europea, no acaban de despuntar. El horizonte de la recuperación no se vislumbra y la incertidumbre por lo que pueda pasar en el segundo semestre se acentúa cada vez más; Estados Unidos no crece al ritmo que debería y Alemania es un mar de dudas, al igual que nuestros vecinos franceses, que van al .

Si miramos a la economía española, el panorama no es más alentador. Aunque algunos dirigentes empresariales confían en la recuperación de nuestro país, también alertan de los peligros del populismo, que pueden suponer un freno a la tan ansiada recuperación. Ya lo hemos visto con Grecia: al final se ha impuesto el sentido común. Y todavía no está del todo claro su futuro. ¿Podría pasar lo mismo en España? Ante este escenario sólo nos queda una salida: coger fuerzas este verano y pensar en los retos que debemos plantear a nuestros políticos para no hacer descarrilar una economía que, con el esfuerzo de todos, parece que empieza a levantarse.

hemeroteca

Add a comment

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *